El torneo, que se jugará en el mítico Bay Hill Club & Lodge de Orlando, en Florida, será el cuarto consecutivo que se juegue en este estado y de nuevo concitará a algunos de los mejores jugadores del mundo que lucharán por los 6,3 millones de dólares en premios de los cuales 1,3 serán para el ganador.
Pero ganar este torneo da algo más que dinero en el universo de la PGA. Ganar el toirneo de la leyenda Arnold Palmer vale mucho más y hacerse esa foto con el que fue uno de los grandes de este deporte recibiendo de sus manos el trofeo da un prestigio superlativo en el mejor circuito de golf del mundo.
Una sensación que conoce muy vien el estadounidense Matt Every que volevrá a partir desde el tee del uno con el marchamo de gran favorito, sobre todo después de haber ganado por segundo año consecutivo este torneo tras sus victorias en 2014 y la de 2015 cuando derrotó por un solo golpe (-19) al sueco Henrik Stenson, que volverá a intentarlo en este año olímpico y de Ryder Cup.
Cierto es que de ganar Every conseguiría un hito espectacular aunque muy lejano del record de este torneo que ostenta el gran Tiger Woods -todavía en proceso de recuperación de su lesión de espalda- que ganó esta cita en ocho ocasiones y que seguro que pondrá mucho interés en ver como se desarrola este torneo que este año no contará con presencia española ni tampoco con el número uno del mundo, al que le toca descansar tras unas semanas no muy brillantes.
Si estarán algunas de las grandes estrellas de este deporte como Adam Scott, doble ganador este año, Rory McIlroy, que parecde no terminar de afinar su mecanismo de juego este año y el australiano Jason Day que tiene en este torneo, como sus dos compañeros, la oportunidad de reducir diferencias en el World Ranking con el número uno mundial.
Junto a ellos nombres como Zach Johnson, Matt Kuchar, Graeme McDowell o Justin Rose, segundo en 2013, daran mucho juego, emoción y calidad a uno de los torneos más emblemáticos de la temporada en la PGA.