Como ya hizo en 2014, Jordan Spieth consiguió la victoria en el Australian Open tras una última jornada en la que terminó con 3 bajo par para forzar el Play-Off con Ashley Hall y Cameron Smith que, con 66 golpes, terminaron también con -12, cayendo después en el primer hoyo de desempate ante el estadounidense.
Spieth estuvo rozando la victoria y luchando por ella toda la semana. En esta última jornada en Sydney necesitava hacer una buena vuelta y con tres bajo entregó una tarjeta que no le servía para ganar pero si para ir al Play-Off con otros dos jugadores locales, Ashley Hall y Cameron Smith, que terminaron con dos tarjetas de 66 golpes, jugando a un grandísimo nivel y dispuestos a derrotar en el desempate al ex número uno del mundo y principal favorito a la victoria a comienzos de semana.
En el primer hoyo de desempate Spieth demostró su expertiencia y calidad y se llevó el triunfo con un espectacular birdie que le otorgó el título y un triunfo con el que prácticamente cierra una temporada en la que sus resultados, sobre todo en la PGA, no han estado a la altura de otras temporadas.
Para Hall y Smith -segundos clasificados-, además de para Aaron Badeley, el premio estaba en esas tres primeras posiciones que les daban también una plaza para poder jugar el Open Championship de 2017.