El tercer día de Presidents Cup ha tenido claro protagonismo internacional, algo que era necesario para que la competición llegara viva al domingo, tras el 8-2 endosado por los norteamericanos en los dos primeros días.
Este sábado se jugaban dos jornadas de cuatro partidos, los foursomes de la mañana y los fourballs de la tarde, y la noticia es que ninguna de las dos ha caído del lado local, pues la mañana ha terminado con empate a dos, mientras que la tarde ha sido de color internacional con un fantástico 3-1 labrado en los hoyos finales.
Ambas jornadas han tenido un guion parecido, con un arranque fulgurante de los norteamericanos, pero un bando internacional que no bajaba los brazos y remaba hasta conseguir un inicio de remontada que les permita soñar este domingo con una victoria como la de Europa en Medinah hace 10 años.
La mañana pintaba muy bien para los intereses locales, ya que tras los nueve primeros hoyos de los cuatro partidos, todos estaban decantados hacia el color rojo. Liderados por una pareja intratable como la de Spieth y Thomas, que no han dado opción a ninguna de sus cuatro parejas rivales, los americanos soñaban incluso con finiquitar el torneo este sábado. A ellos se les sumaba otra incontestable victoria por 4&3 de Homa y Finau sobre Si Woo Kim y Cam Davis, que les acercaba al objetivo de los 15’5 puntos.
Pero los internacionales han tirado de orgullo y buen juego para darle la vuelta a dos de los partidos, el de su pareja fuerte, Matsuyama y Scott, que se redimían del mal inicio de los primeros días con un triunfo por 3&2 sobre Cameron Young y Collin Morikawa, y el de Lee y Kim, que jugaban unos soberbios nueve segundos hoyos para imponerse por 2&1 a Scheffler y Sam Burns.
Precisamente, en este partido el que parecía número 1 del mundo era el jovencísimo Tom Kim, que con apenas 19 años se ha echado el equipo a la espalda, al más puro estilo Poulter, y a base de putts increíbles y una pasión desbocada ha conseguido el objetivo de meter al equipo internacional en el torneo.
Ya en la jornada de tarde, Trevor Immelman iba a emparejar a los dos Kim en el primer partido, enfrentándoles a una pareja como Schauffele/Cantlay, que había resulto sus dos anteriores partidos por 6&5 y 3&2, pero le salía bien al capitán internacional, pues el joven Tom Kim seguía en llamas y, bien apoyado por su compatriota, sacaba un partido durísimo adelante, dejando un último birdie en el 18 para el recuerdo.
El jarro de agua fría sobre los internacionales lo volvían a dar Spieth y Thomas, que sumaban una nueva paliza más, esta vez por 4&3 anulando a Matsuyama y a Taylor Pendrith, poniendo así el 11 en el casillero de los Estados Unidos.
Instantes después, el equipo internacional iba a sumar por fin un punto sin apenas sufrir, ya que la pareja Sungjae Im y Sebastián Muñoz ganaban por 3&2 a Finau y Kisner, en un partido que en ningún momento ha tenido ventaja norteamericana, algo que no había pasado en ninguno de los 16 partidos anteriores.
Con el 11-6 en el marcador, todas las miradas estaban puestas en el último partido, el que enfrentaba a los locales Horschel y Burns contra los australianos Adam Scott y Cam Davis, que tras 15 hoyos marchaban uno abajo.
Ahí emergía la figura de Davis, que con un final de película en el que lograba hacer eagle en el 16, birdie en el 17 y birdie en el 18, daba la vuelta al partido y sumaba un séptimo punto que sabe a gloria entre los visitantes, pues todavía quedan 12 partidos individuales en los que puede ocurrir de todo.
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