Lo de Jon Rahm es para estudio. El de Barrikka acumula ya en su primer año de profesional dos victorias, una en Estados Unidos y otra en Europa. Dos grandes triunfos entre los mejores del mundo y con la autoridad de un jugador de época. Recién licenciado, el vasco seha graduado con matrícula de honor, un cum laude que hace brillar su currículum en un primer año que asusta.
Enero comenzó fuerte, con la lección bien aprendida, y obtuvo una victoria de oro en el Farmers Insurance Open un triunfo que le catapultó al estrellato definitivamente. A partir de ahí, tomó impulso en el Phoenix Open con un décimo sexto puesto, para volver al ataque una semana después en Pebble Beach y acabar quinto.
No dejó de presionar y de hincar los codos, y en los Campeonatos Mundiales de nuevo dejó su sello. Tercero en el WGC Championship de México, y segundo en el WGC Match Play con una final de ensueño ante el número uno del mundo, Dustin Johnson.
No parecía tener techo y una semana antes del Masters hizo un nuevo top ten en el Shell Houston Open. Sin embargo, en Augusta, donde iba como favorito, no brilló del todo para acabar vigésimo séptimo, un resultado en todo caso admirable para su primera aparición en Augusta. acusó el desgaste y en The Payer falló el segundo corte, pero se repuso muy pronto y volvió a rozar la victoria en Dean & Deluca Invitational al acabar segundo sólo por detrás de Kevin Kisner.
Junio fue el mes de la recuperación, la reválida que le hizo no pasar el corte en The Memorial y en el Us Open, el segundo Grande de la temporada donde no llegó a situarse. Un descanso y vuelta a Europa era lo que necesitaba Jon Rahm. En el Open de Francia, prueba de las Rolex Series, el de Barrika acabó décimo remontando posiciones. En Irlanda no ha habido escapatoria y Rahm se ha doctorado con nota, una victoria en otra de las Series Rolex, su segundo triunfo del año y pidiendo paso para The Open, siendo octavo del mundo y tercero en la Race to Dubai.