Y es que hace más de 20 años el golf mundial empezó su batalla para que el deporte de los dieciocho hoyos volviera al programa Olímpico. El primera paso era crear una Federación Internacional de Golf -que por entonces no existía- y gracias al trabajo y la perseverancia de la española Emma Villacieros, entonces presidenta de la R.F.E.G., se logró crear dicha Federación y empezar a trabajar en la posibilidad de que el golf celebrara en Río su tercera presencia olímpica, tras los juegos de 1900 y 1904.
En aquellos años, el golf era un deporte totalmente amateur y los deportistas se tenían que pagar sus traslados a las sedes de los Juegos. Ni en París, en 1900, ni en St. Louis, en 1904, los gastos fueron pocos, así que los golfistas que podían competir en los torneos olímpicos decidieron que ganar una medalla no les compensaba el esfuerzo económico que tenían que hacer y el golf desapareció del programa olímpico tras 1904.
Con el paso de los años, el golf se ha convertido en un deporte que practican más de 200 millones de jugadores en todo el mundo, con grandes torneos, gran repercusión mediática y fácil acceso a su práctica. Por eso, el Comité Olímpico Internacional decidió, tras los Juegos de Londres de 2012, incluirlo de nuevo en el programa olímpico.
De hecho, el gobierno de Brasil pretende usar el nuevo campo de golf construido para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 en una estrategia que permita que este deporte deje de ser "elitista" en el país sudamericano, afirmó el ministro del Deporte, George Hilton.
El Ministro aseguró que trabajará con la Confederación Nacional de Golf para que las escuelas públicas puedan usar ese nuevo campo. "Haremos un trabajo con las escuelas para que el golf deje de ser un deporte de elite y comience a popularizarse en el país".
Hilton calificó el campo de golf como un "regalo" para Brasil y como un "gran legado" ambiental, y aseguró que hay informes que constatan que ha contribuido a "revitalizar" el ecosistema de su entorno.
El virus Zika
Sin embargo, el golf no está exento de polémica en los Juegos de Río, sobre todo por los problemas derivados del virus Zika.
Y es que de todos los deportes que conformarán el programa olímpico en Río de Janeiro,el golf parece el más vulnerable. El campo que albergará la competición tiene dos lagunas artificiales que podrían atraer a muchos mosquitos con la infección, por lo que se están tomando precauciones adicionales para evitar que los jugadores y los espectadores puedan contraer la enfermedad en Brasil.
El recorrido diseñado por la compañía Hansa Gil tiene dos lagunas –la primera y más grande que afecta a los hoyos 2, 3 y 5 y la segunda, más pequeña, cerca del 10- que, con seguridad, atraerán en pleno mes de agosto a míles de mosquitos que podrían transmitir la enfermedad a jugadores, aficionados y público en general. Unas cifras que no son baladíes. Ahora mismo podría haber en Brasil cerca de un millón y medio de infectados y se prevé que acudan a Río de Janeiro medio millón de visitantes para disfrutar de los primeros Juegos Olímpicos que se celebran en Sudamérica.
120 jugadores
En el mes de agosto serán 120 los jugadores que tomen parte en las dos competiciones -masculina y femenina- del golf olímpico. Todos ellos saldrán de la clasificación de la Federación Internacional de Golf que dará esos 60 protagonistas en cada una de las dos competiciones que lucharán por las medallas de oro, plata y bronce.
Entre los participantes entrarán directamente los 15 primeros del Ranking Mundial con un máximo de cuatro representantes por país y dos jugadores más por país entre los 60 primeros.
Los capitanes del equipo olímpico español serán, en el equipo masculino, Manolo Piñero y en el femenino Marta Figueras Dotti. A día de hoy, los clasificados para el equipo masculino son Sergio García y Rafa Cabrera Bello, mientras que en el equipo femenino están ahora mismo clasificadas Carlota Ciganda y Azahara Muñoz.
Dos grandes capitanes
Manuel Piñero y Marta Figueras-Dotti han sido designados capitanes de los equipos de golf que representarán a España en los próximos Juegos.
Manuel Piñero, natural de Puebla de la Calzada (Badajoz), de 63 años, es uno de los golfistas que más ha contribuido al éxito del golf español durante las décadas de los 70 y 80, cuando acumuló triunfos de enorme importancia.
Profesional desde 1968, fue a comienzos de los años 70 cuando empezó a jugar en el Circuito Europeo, donde consiguió nueve victorias, entre ellas el PGA Championship en 1977. Durante cinco temporadas estuvo situado entre los diez primeros del Orden de Mérito, llegando a ser cuarto en 1976 y 1977.
Piñero participó en dos ediciones de la Ryder Cup con el equipo europeo, en 1981 y 1985. Jugó nueve Copas del Mundo, con mención especial para las ediciones de 1976 y 1982, años en los que el combinado español resultó campeón. Adicionalmente, en el citado 1982, fue el mejor en la clasificación individual.
Por su parte, Marta Figueras-Dotti –nacida en Madrid en 1957– acumuló numerosos triunfos amateurs, con mención especial para los Campeonatos de España Absoluto y Junior 1979 y las medallas de oro en los Europeos Junior por Equipos 1975 y 1977 antes de instalarse durante más de 20 años en Estados Unidos.
En todo ese tiempo forjó una sobresaliente trayectoria golfística, con mención especial para su victoria, siendo aún amateur, en el Women’s British Open en 1982 antes de acceder al profesionalismo y convertirse en la primera jugadora española en ganar en el LPGA Tour, en concreto en el Open de Hawai y el JC Penney Classic en 1994.
Manuel Piñero reconoce que la capitanía del equipo olímpico español “constituye un gran honor. Representar a España siempre es un orgullo, pero más si cabe en unos Juegos Olímpicos una cita histórica para el deporte del golf. Al tiempo, ser el capitán supone una importante responsabilidad, si bien serán los jugadores quienes la soporten más, como pasa en una Ryder Cup”.
“Mi misión –continúa Manuel Piñero– será quitarles presión, estar atento a todas las necesidades que surjan para que puedan concentrarse únicamente en jugar y en hacerlo lo mejor posible”.
Manuel Piñero acepta el encargo con enorme satisfacción, si bien quiere dejar claro que “esta capitanía tendría que haberla desempeñado Severiano Ballesteros, una persona con la que tenía una relación muy especial y que por desgracia nos abandonó en 2011, y si no José María Olazábal, que ha tenido que declinarla por motivos físicos. En cualquier caso, voy en representación de todos los profesionales españoles, especialmente de una generación de jugadores a los que hay que darles el valor que les corresponde por su gran contribución a nuestro deporte”.
Marta Figueras-Dotti, se muestra igualmente honrada por la designación como capitana olímpica: “La ilusión es tremenda porque los Juegos Olímpicos son el evento deportivo más grande del mundo y es muy importante que el golf aproveche la oportunidad para darse a conocer al conjunto de la sociedad. Nuestras jugadoras tienen una enorme calidad y, claro que sí, puede haber opciones de medalla”.
Gonzaga Escauriaza, presidente de la RFEG, cree que “esta oportunidad de que el golf forme parte de nuevo de los Juegos Olímpicos es muy importante. “Creo que es fundamental para el golf estar en los Juegos. España va a llevar un gran equipo pero independientemente de los resultados va a ser un excelente altavoz para este deporte”.
Es indudable que sería muy grande para el golf español lograr en Río alguna medalla. Nuestros jugadores lo van a dar todo y sería un honor 112 años después que en el palmarés del golf español hubiera medallas olímpicas”.