Aunque estamos entrando a un territorio más difícil de pronosticar de lo que esperábamos (con la lluvia que está cayendo esta noche), Oakmont Country Club sigue generando locura, frustración y fastidio entre los jugadores. Es un U.S. Open y el público está teniendo lo que ha venido a buscar. Repasemos un poco.
En primer lugar, quiero empezar con "los reyes de la frustración". Es que Rory McIlroy y Shane Lowry literalmente perdieron los estribos. Pensar, por ejemplo, que el reciente ganador del Grand Slam había arrancado bien. Bueno, revoleo de palos, roturas de tee de salida y expresiones negativas por todos lados. Por el lado del irlandés, pelota levantada y no marcada (con un golpe de multa) ... Ahora bien, McIlroy pasó el corte de milagro, mientras que Lowry será una de las figuras que no estarán en los últimos días. Y ambos rozaron los límites, en cuando a la mala educación y el mal comportamiento con el periodismo y dentro de un campo de golf. Deben reflexionar mucho, en especial el ex N°1 del mundo. Es que importante victoria o estar en los puestos de vanguardia no eliminan a los buenos modales y las buenas costumbres.
¿Qué otros nombres quedaron borrados del sábado y el domingo? A Lowry lo acompañarán Bryson DeChambeau (no leyó mal. El ex campeón, a pesar de algún que otro swing extravagante, se quedó fuera de los últimos 36 hoyos), Ludvig Åberg, Patrick Cantlay, Lucas Glover, Cameron Smith, Min Woo Lee, Tommy Fleetwood, Justin Thomas, Justin Rose, Sepp Straka... y así podemos seguir. Obviamente, hay uno de ellos que lo reservamos para el final.
Era el último U.S. Open de Phil Mickelson, si tomamos como referencia al tema de las exenciones para entrar aquí. ¡Y casi pasa el corte! Lamentablemente, dos doble bogeys en los últimos 4 hoyos y un último putt factible fallado lo dejan fuera del fin de semana, por tan solo un golpe. Duele que esto pase. Dejemos de lado por un momento a las controversias por LIV Golf y todo lo que ya sabemos. Phil Mickelson, a sus 54 años, todavía tiene juego para ser competitivo. Y terminó seis veces segundo aquí, de una manera cruel. Su Grand Slam, de no mediar algún milagro (ha hecho alguno que otro), será la gran cuenta pendiente. Veremos si la USGA considerará alguna invitación especial, en ediciones futuras.
Vámonos a la parte más alta del tablero. Y a 7 de la punta (T-23) tenemos a un Scottie Scheffler al que también se lo vio desesperado en el driving range, al finalizar su segunda vuelta. Ni hablemos también de un Jon Rahm que comparte lugar con el americano y expresaba su frustración de la misma manera. A su vez, ellos dos igualan a un Denny McCarthy que expresó una de las mejores frases que escuché en el día: «todos parecen agotados al salir del campo, simplemente porque es un golpe en la cara». Creo que se va entendiendo todo.
En otro orden de cosas, T-12 (y a 6 de la punta) se encuentra un Keegan Bradley que sacó con mucho oficio una ronda que tuvo su montaña rusa (y se tomó el tiempo para hablar con nosotros, luego de todo el golf de este día. Adjuntamos el link correspondiente). Por otra parte, T-6 (y le queda un hoyo. La segunda jornada se suspendió por lluvia, quedando pocos jugadores en el campo) está un Thriston Lawrence que llegó a liderar por 3 impactos de ventaja (con -6) y se desmoronó. Y Thriston Lawrence es acompañado por el francés Victor Perez, quien logró un "hoyo en uno" (el 6) que lo ayudó claramente a estar en esta posición.
Si seguimos avanzando en el tablero, cuartos (en par de campo) se encuentran un Adam Scott que está jugando un estilo de golf "old-man" y un Ben Griffin que se animó a bromear con su presencia en Ryder Cup USA, diciendo (a modo de broma) que el capitán seleccionará al que mejor terminaba en su grupo, en los primeros dos días. Y ambos están debajo de un Sam Burns que parece intratable (primero, con -3. Ya hemos hablado sobre él, en nuestras redes), de un J.J. Spaun que parece un veterano de mil batallas (segundo, con -2) y de un Viktor Hovland que mágicamente pareciera haber recuperado la confianza.
¿Y los nuestros? el argentino Emiliano Grillo, el mexicano Carlos Ortiz (ambos comparten el T-12, a 6 de la punta) y el venezolano Jhonattan Vegas (T-23, a 7 impactos) son los que jugarán el fin de semana y están sabiendo no desesperarse, a pesar de algún que otro contratiempo más que costoso. Ortiz y Vegas dieron su testimonio sobre la segunda jornada, que ya ha sido compartido por nuestras redes. ¿Y el resto de ellos? Los mexicanos Roberto Díaz, Álvaro Ortiz y Emilio González pecaron de inexpertos en majors, el colombiano Nicolás Echavarría nunca pudo enderezar el rumbo y Joaquín Niemann sigue cargándose a sí mismo con una presión innecesaria.
Entramos en terreno de definiciones. ¿La clave? AGUANTAR EN LA MISERIA. Es lo que propone Oakmont Country Club, con este U.S. Open.