No hubo mucha acción para nuestra región. Como dijimos la semana pasada, estamos entrando en terreno de finales de temporada y los torneos van escaseando… junto a los resultados. Encima, si nos vamos para el lado del Asian Tour, no tuvimos presencia de los nuestros. Por otra parte, en el tradicional Omega European Masters, el paraguayo Fabrizio Zanotti quedó en un deslucido T-67. Se podría tomar como excepción al Top 15 de Ángel Cabrera en el Ascension Charity Classic del Champions Tour. Ahora bien, la verdadera figura de la semana fue una Valery Plata que sigue en la pelea por las 6 tarjetas que quedan para el LPGA. Tal es así que su T-10 en el tradicional Guardian Championship del EPSON Tour la pone en la posición anual N°15, a 5 lugares de esos ansiados premios de status completo para la máxima gira femenina del mundo (con 4 torneos por jugar). Como podrán apreciar, es correcto decir que la querida Mariajo Uribe nos dejó UNA HEREDADA LUCHADORA. ¿Y el PGA Tour Americas?
Por eso me tomé un día más para hacer este artículo. Es verdaderamente preocupante lo que está pasando con nuestra región, en este circuito. Si bien se caía de maduro que al llegar a este Fortinet Cup Championship (último torneo de la temporada para el mencionado PGA Tour Americas) era muy complicado que tuviéramos un representante entre esos 10 que pasan con tarjeta completa al Korn Ferry Tour, la ilusión siempre quedaba latente. Tal es así que el entrañable mexicano José de Jesús “El Camarón” Rodríguez arañó ese último lugar de los 10, con un corto putt que no fue embocado por esos caprichos del destino (igualmente tendrá invitaciones para los torneos que la segunda gira estadounidense disputa en nuestra región). Pero la realidad es cruel y desnudó problemas que estaban a la vista de todos.
Una persona de mi país, metida profundamente en lo que implica participar en esta unión forzada entre el PGA Tour Latinoamérica y el PGA Tour Canadá, me contaba lo siguiente: “fue una trituradora de jugadores y sponsors”. No hay una definición más clara que esa. Nuestros representantes remaron contra la corriente, mientras los golfistas del norte de nuestro continente encontraron un colchón interesante para que sus aspiraciones de ascender se potencien. Y no hay que olvidarse que los costos para ir hacia la escuela del circuito del Viejo Continente o hacia la escuela asiática son demoledores para los protagonistas que buscaron una oportunidad aquí, sumado al hecho que tienen pocos lugares reservados para intentarlo. Situación caótica.
En conclusión, el PGA Tour Americas se transformó en UNA IMPLOSIÓN PERJUDICIAL para el golf de esta parte del mundo.