No era fácil predecir al comienzo del día quien iba a salir airoso del recorrido de Las Vegas. Para Rickie Fowler ganar ante Rory McIlroy suponía rememorar su primera victoria en el PGA Tour y, de paso, acabar con un par de años de sequía. Para Rory, pasar página definitiva a la derrota europea en la Ryder Cup y colocarse dentro del exclusivo grupo de jugadores que tienen veinte trofeos del mejor circuito del mundo en sus vitrinas.
Una victoria que tuvo prácticamente asegurada desde que en el catorce embocó para eagle. Desde ese momento, el camino se allanó para el norirlandés, a pesar de que Collin Morikawa intentó darle caza con una tarjeta de 62 golpes. Los mismos que el propio Rory había certificado el día anterior para colocarse justo por detrás de Fowler.
Un Fowler que también contribuyó a la victoria del europeo firmando su peor recorrido de la semana. El californiano entregó 71 golpes para quedarse tercero empatado con Keith Mitchell, segundo tras la jornada del corte. En cuanto a McIlroy, y más allá del citado eagle, cinco birdies y un bogey le acreditaban como ganador.
En cuanto a Sergio García, los números le dieron al español para mejorar en cinco puestos su lugar en la general. Cinco birdies, en una tarjeta sin bogeys, le facilitaron un puesto encabezando el grupo que ocupa la vigésimo quinta posición en la general.