Los norteamericanos Jordan Spieth y Ricky Fowler serán, sin duda alguna, las grandes atracciones de esta nueva edición del Texas Open, torneo que se viene celebrando en el circuito norteamericano desde el año 1922 y que un año más se convertirá en la previa de lujo, aunque sin demasiadas estrellas del primer major de la temporada: el Masters de Augusta.
Con ellos estarán también el ganador esta semana, en el Corales de Punta Cana, Graeme McDowell, Charley Hoffman y los también ganadores en el PGA Tour, Jimmy Walker y Andrew Landry.
El torneo, que desde su inauguración se jugó en San Antonio tendrá un regalo muy especial para el ganador y es una plaza -la última que queda para cerrar el fiel en el Augustas National.
De todos los participantes en el torneo sólo 17 tiene plaza para el torneo de la “Chaqueta Verde” con lo que hay muchos candidatos para jugar el Masters.
Sin embargo, el campo no va a estar nada sencillo. Con sus 7,435 yardas (6.798 metros), el TPC de San Antonio será una auténtica bestia para los jugadores. De hecho, ya el año pasado fue el cuarto campo más complicado del circuito por resultados y este año no será muy diferente con unos greenes que intentarán parecerse al máximo a los que diseñó en Augusta Bobby Jones.
Andrew Landry, ganador el año pasado intentará la machada de luchar por la victoria por segundo año consecutivo.
Otro de los aspectos que serán fundamentales a la hora de la jugabilidad del campo serán los vientos previstos de más de 25 millas por hora y la posibilidad de lluvias, sobre todo el domingo.
En cuanto al resto de participantes destacados estarán el danés Lucas Bjerregard, uno de los destacados en el reciente Campeonato del Mundo Match Play, Jim Furyck, que tan bien jugó en el The Players Championship, el capitán europeo de la Ryder Cup para 2020, Padraigh Harrignton, el chino Hao Tong Li y el eterno Ernie Els, que seguro tendrá muchos seguidores en San Antonio.
En cuanto a los cuatro españoles que la semana que viene jugarán el Masters de Augusta, ninguno jugará esta semana. Los cuatro preparan tranquilamente su presencia en el primer Major de la temporada que este año repartirá una bolsa de 7,5 millones de dólares en premios.