El golfista estadounidense Tiger Woods, ex número uno del mundo, ganador de 14 Majors, y que sigue recuperándose de su cuarta operación en la espalda, habría consumido una mezcla "peligrosa" de un sedante para la ansiedad y el insomnio y un opioide cuando fue arrestado en mayo pasado en Júpiter (sur de Florida), según ha informado un diario local estadounidense.
Woods, arrestado el pasado 29 de mayo cuando estaba dormido en el volante de su vehículo, tenía en su organismo según este diario, una mezcla de dos medicinas recetadas que las autoridades federales de salud recomiendan no consumir juntas, asegura el Palm Beach Post.
Además del fuerte analgésico Vicodina, el deportista había consumido Xanax, un ansiolítico, agrega el diario local citando fuentes policiales. Woods había sido detenido por conducir supuestamente bajo la influencia de sustancias tóxicas, alcohol y marihuana (DIU, en inglés), lo que desmintió el jugador el mismo día del arresto.
"Lo que ocurrió fue una reacción inesperada a unos medicamentos recetados. No me había dado cuenta de que la mezcla de medicamentos me había afectado tan fuertemente", señaló. Woods dio negativo en dos pruebas de alcoholemia que le realizaron ese mismo día.
El golfista, de 41 años, fue arrestado en la madrugada del 29 de mayo y puesto pocas horas después en libertad sin necesidad de fianza. El día del arresto Woods se disculpó de sus acciones y aseguró que el alcohol no tenía nada que ver con lo sucedido.
Unos datos que confirma el Dr. José Antonio García Donaire, nefrólogo del Hospital Carlos III, "La combinación de un ansiolítico y un opioide pueden producir, efectivamente, efectos secundarios como ciertos tipos de somnolencia, disminución del nivel de conciencia y aturdimiento severo que fueron la probable causa de su imposibilidad de conducir. Estos efectos secundarios deben tenerse en cuenta siempre pues no son infrecuentes con este tipo de medicamentos.
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