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Opinión, Iñaki Cano

Eternamente agradecidos

lunes 10 de abril de 2017, 14:17h
En el año 2000, en París, ‘El Niño’ daba la vuelta de honor con la Copa de Europa como un jugador más de la primera plantilla del Real Madrid. Más de uno, de dos y de tres, se preguntaban aquella noche, de qué jugaba ese chaval que se abrazaba con Hierro, Raúl, Morientes y compañía. Aquellos aficionados del Valencia y del Real Madrid no le reconocieron como futbolista pero tampoco como ese jugador que un año antes había ganado el Masters de Augusta como amateur.
Aquel abril de 1999 Sergio García, al mismo tiempo que España ganaba la cuarta Chaqueta Verde gracias a la demostración de José María Olazábal, se hacía popular para los aficionados del golf, pero seguía siendo un completo desconocido para el resto. En aquella final de París tuve el placer de entrevistarle sobre el césped del Stade de France y estaba como un niño en la mañana del día de Reyes. ¿Se imaginan ustedes, aficionados del Real Madrid, dando la vuelta de honor con sus jugadores después de ganar la Champions?
Los que no eran aficionados al golf descubrieron a un chaval que, según los entendidos, iba a ser el sucesor de Severiano Ballesteros y de Chema Olazábal. Desde entonces a Sergio se le ha criticado más que alabado. Se ha tenido más en cuenta su derrotas que sus 18 años en el ‘Top Ten’ año tras otro. Le han ‘matado’ constantemente por no ser capaz de ganar un Major.
Le ha costado. Es cierto, pero hay miles de jugadores que tampoco lo han ganado ni lo ganarán. Y a Sergio García ya no se lo podrá criticar por no llevarse un ‘Grande’. Sergio García ya tiene el Masters de Augusta. Con su eterna sonrisa respiró profundamente en el green del 18 porque había cumplido su sueño de niño y había cerrado para siempre el buzón de sus críticos.
El chaval de 19 años que brincaba junto a los campeones de Europa en París, celebró su chaqueta verde de Augusta con más serenidad que la vuelta de honor junto a sus ídolos futbolísticos. El Niño ha tardado en hacerse hombre, pero ya lo ha conseguido. ¡Qué tío más grande! Espero que España sepa reconocerle todos estos años de trabajo agrandado el nombre del golf español. Antes Seve, después Chema y de ahora en adelante los aficionados y los no seguidores del golf deberemos estarle eternamente agradecidos.
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