Jordan Spieth ha conseguido su quinta victoria de la temporada con nueve bajo par y la sensación de que el estadounidense-que será este lunes núevo número uno mundial- está en la cima del golf profesional, que ha firmado una temporada espectacular y que hoy por hoy está un escalón por encima del resto. Con esta victoria Spieth se embolsa los 10 millones de dólares de la FedEx Cup, 1.485.000 por ser el ganador del torneo y suma unas ganancias totales en 2015 de 22.030.465 dólares.
Hoy ha sido, seguro, un gran día para Jordan Spieth. Igual no tan importante como cuando se puso sobre sus hombros la Chaqueta Verde que le confirmaba como campeón del Masters o como cuando ganó su segundo Major consecutivo, el US Open, pero hoy quedará también esta jornada del 27 de septiembre en su memoria como uno de los grandes días de su carrera.
En Atlanta Spieth ha dejado claro que sus tres actuaciones en las tres pruebas anteriores de la FedEx Cup no eran definitivas en un año en el que ya había ganado cuatro torneos, alcanzando el número uno mundial y dejandose para el final un nuevo golpe de efecto que además le coronará como el mejor jugador del mundo y de la PGA esta temporada.
Es cierto que hombres como Jason Day o Ricky Fowler, incluso el sueco Henrik Stenson han estado muy cerca de aguarle la fiesta al texano que este domingo ha sabido dar un golpe en la mesa y cerrar la temporada con una victoria espectacular trabajada desde el principio del torneo con tres vueltas de 68, 66 y 68 golpes que le llevaron a esta última jornada a luchar con Henrik Stenson primero y con Dany Lee -una de las grandes revelaciones de la temporada- y el inglés Justin Rose después.
Los dos, el inglés y el australiano, terminaron con con cinco bajo par, lejos de la cabeza pero demostrando que también están ahí, con los mejores del mundo luchando por un título que han tenido al alcance de la mano casi hasta el final.
Pero el gran duelo era el que iban a protagonizar durante toda la jornada Henrik Stenson y el propio Spieth. El sueco no empezó muy bien, con siete pares, intentando no equivocarse y acabando con bogey al 8 y birdie al 9 para encarar la segunda parte del recorrido obligando un poco a arriesgar y a luchar por una victoria que parecía que se les escapaba. Spieth, por su parte, tampoco empezaba muy fino y andaba también con pies de plomo sacando un golpe al sueco tras esos primeros nueve hoyos gracias a sus tres birdies y a los dos bogeys con los que cerró esa primera parte del recorrido.
En la segunda parte de la última vuelta, Spieth empezó con bogey, birdie y cinco pares más que casi le dejaban como ganador del torneo a falta de tres hoyos y con la seguridad de que si no fallaba el título sería para él. El sueco no podía darle caza, sobre todo después de firmar dos bogeys en los tres primeros hoyos que le alejaban mucho de un objetivo, que a falta de dos hoyos era de tres golpes para el norteamericano ante el delirio de los miles de espectadores que ya tienen en el tejano a un relevo seguro de su otro gran idolo deportivo hasta ahora, el californiano Tiger Woods.
Y en el 17 ese delirio se convirtió en locura con un doble bogey de Henrik Stenson y el par para Spieth que le daba ya la victoria salvo catastrofe que no se produjo. Un triunfo que se convierte en la victoria de la ilusión del golf norteamericano y mundial y que confirma que este chaval de 22 años ha llegado para quedarse y quien sabe si dentro de unos años para batir el récord de Jack Nicklaus de 18 Majors. Da la sensación de que podriía ser el único, de momentro, en soñar con ello. Woods, con 14, parece que ya no podrá, sobre todo porque en todos los que juegue el californiano estará el de Texas.
Tras este último torneo de la FedEx, la clasificación final de la PGA norteamericana queda encabezada por Jordan Spieth seguido de henrik Stenson, Jason Day, Ricky Fowler, Bubba Watson, Zach Jonson, Dustin Johnson, Justin Rose, Dany Lee y Charley Hoffman.