¿Recordáis qué hace dos años tardé cuatro horas en llegar en coche a la sede del China Volvo Open en Tianjin? Hoy tan solo he tenido que hacer ocho paradas de metro desde mi casa hasta el Tomsom Internacional golf Club, sede este año de la prueba en suelo chino perteneciente al circuito europeo para llegar. Cosas del dinero, imagino y de las facilidades para hacer llegar a todo el mundo a un torneo de golf como este
Este club está integrado en el área metropolitana, aunque
está rodeado de urbanizaciones y con la Torre de la Perla a lo lejos, un gran
club con calles anchas y mucha agua.
Como sabéis, me mudé hace un mes a Shanghai, y lo hice en
bicicleta desde Pekín. Pude atravesar el río amarillo y el Yangzte , dos
grandes ríos que atraviesan China y buscan su desembocadura en estas tierras.
En el gran delta se asienta Shangai, la ciudad más grande de China con 24
millones de habitantes y sede este año de tres pruebas del circuito europeo.
Del torneo, os cuento: los greenes son verdes y las bolas
blancas hasta ahí todo ok. Todo lo demás, lo que rodea al torneo en nada se
parece al golf europeo y lo que entendemos como competición de máximo nivel.
En China la industria del golf es lujo, las instalaciones
son ostentosas y el servicio, cuidado hasta el más mínimo detalle. Como prueba
un botón: pido un café en la zona de
prensa, me olvido, me marcho andando mientras coincido con un entrenador suizo,
y al rato, una azafata me trae el café en bandeja, ¡¡increíble!!.
Y como colofón al día, he charlado ampliamente con Emilio
Pereria, preparador físico de algunos de los jugadores españoles que toman
parte en el circuito. Entre anécdotas y risas hemos compartido el recorrido de
los nuestros. Un buen día y una buena jornada de golf que seguro se alargará
hasta el domingo que volveré para
contaros quien es el ganador.