A medida que pasaban los hoyos y se veía la posibilidad de que Jim FurYk consiguiera firmar la mágica cifra de 59 golpes, todo el público y los jugadores estaban centrados en ese objetivo. Nadie quería hablar y los compañeros de partidos no querían distraer a Furyk. Gary Woodland y Jason Dufner se mantenían alejados de su compatriota y prácticamente se pusieron a su servicio. Pero Furyk no quería pensar en eso y quería distraerse, así que se acercó a Woodland y le preguntó sobre la NFL, una conversación muy oportuna que rompió la tensión. "Gacias por hablar conmigo sobre fútbol", le dijo después Furyk.