Atrás quedó el Jabra Ladies Open del Ladies European Tour, en donde ninguna de las nuestras pasó el corte. Atrás quedó el T-56 de María Fassi, en el Riviera Maya Open y el regreso del LPGA a México. Atrás quedó el buen T-25 de Fabrizio Zanotti, en el Soudal Open del DP World Tour. Atrás quedaron el genial T-9 y el destacado segundo lugar del mexicano Emilio González (Korn Ferry Tour, en el Visit Knoxville Open) y el argentino Abel Gallegos (en el Inter Rapidisimo Golf de Colombia, perteneciente al PGA Tour Americas), respectivamente. Todo fue opacado por él, una vez más.
No necesitamos más nada. Fue un show. Otra vez los aguantó y vio cómo se caían, más allá de haber arrancado este último día como co-líder. Y esta vez le tocó el turno a un Padraig Harrington, cuyo tiro de salida en el hoyo 15 diluía drásticamente sus chances (doble bogey allí). Es que un Ángel Cabrera suelto provoca estas cosas. Lo más loco es que se lo ve como si fuera ese Ángel Cabrera de Oakmont, en el U.S. Open 2007: agresivo desde el tee, fluido con su juego medio y apoyándose en el juego corto, cuando "las papas queman". No perdió las mañas, sigue yendo al límite de cada momento golfístico que le toca vivir y cosecha dividendos como si fueran agua en el desierto. Y todo mérito de él. Debería ser motivador para todos los representantes de nuestra región.
Y fíjense también que no hablamos más ni de Bernhard Langer, ni de Miguel Ángel Jiménez, ni de Steven Alker, ni de Steve Stricker... Cabrera nació para los grandes momentos. Y le puede ganar a cualquiera cuando está así, en este nivel. Es más, me arriesgo a decirles algo y estoy seguro que no caigo en un exitismo, porque creo que sus recientes rendimientos me están dando ciertos argumentos para manifestar lo que manifestaré. Yo creo que la actuación de nuestro querido cordobés, en este The Masters, estuvo influenciada por lo que significaba para él su regreso al Augusta National Golf Club. En consecuencia, ya liberado de todo ese componente emocional, la proyección con él puede ser más grande. Tal es así que esta victoria le permitirá regresar al PGA Championship 2026. ¿Y por qué no?
Para agregar, me encanta también verlo más abierto emocionalmente (que no digo que esto no pasara antes, pero ahora es más notorio), reconociendo que le tuvo miedo al "fracaso deportivo". Era consciente de que este regreso podía salir mal. Y esa renovada sensación de poner los pies sobre la tierra lo hizo ganar 2 majors en una semana, con este Senior PGA Championship: algo que nadie había hecho hasta ahora. Insisto: ¿qué más podemos decir?
Ángel Cabrera es una de las mejores historias de superación de este último tiempo, en nuestro querido deporte. Volvió a escribir una página de los libros del golf, en un campo brutal como lo es el tradicional Congressional Country Club. Amigos, no me arrepiento en decirlo nuevamente. Todo nuestro deporte debe tener cuidado con el regreso del "Pato". Es el regreso de un ÁNGEL ENDEMONIADO, que puede pasar por encima a cualquiera.
Si (
No(
