Tiger Woods vuelve a ser el centro de atención. El ganador de la Chaqueta Verde hace un mes, acude al segunda Major de la temporada con la intención de conseguir su décimo quinto Major, en los que sería su victoria número 83 en el PGA Tour.
Precisamente si consiguiera la victoria superaría a Sam Snead en el número de victorias, y fue este estadounidense el último que logró ganar el Masters y el PGA Championship cuando éste se jugaba en mayo, en el año 1949. Una circunstancia que le motiva más. Además, en 2002, Tiger consiguió ganar el Masters y el Us Open, los dos primeros Grandes del año, y el segundo se jugó en el Bethpage Black, otra casualidad que le da alas.
Tiger no jugó la semana anterior en el Wells Fargo Championship y eso hizo saltar alguna alarma. Sin embargo, Tiger ha explicado que "no estaba preparado mentalmente y me sentía bien en el gimnasio. Necesitaba un poco de relax". Ahora ya se siente descansado y listo para afrontar otro reto.
Se sabe favorito, las apuestas le ponen en primer lugar, pero necesitará un juego más preciso. Ahora, tras cuatro operaciones de espalda y 43 años, no tiene la misma velocidad que en 2002, y es consciente de que tendrá que afinar con el drive y jugar de otro modo. "Tengo que entender mi cuerpo, saber lo que puedo y no puedo hacer", asegura Tiger que llega a Bethpage Park cargado de energía y de estrategia.
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