Este ha sido un domingo de sorpresas. Si no era fácil pensar en que Tiger Woods volviera a sonreír en Augusta, tampoco entraba en las apuestas que a Francesco Molinari se le escapase una victoria que parecía estar hecha a su medida. Es verdad que en un torneo como esta nada esta decidido hasta el 18, que hasta el rabo todo es toro, pero es muy probable que sin la mala decisión que el italiano tomó para ejecutar su tercer golpe en el hoyo 15, el final de esta historia podría haber sido otro.
Pero echemos la vista atrás. Hasta el hoyo 1. Molinari, Woods y Finau salían juntos en una inusual forma de afrontar la ronda final en el Masters, pero la seguridad debía de imponerse. Y no eran solo los regentes del Augusta National los que mostraba prudencia.
Molinari echaba a andar hacia la que podía ser su primera Chaqueta Verde con cierta moderación. Los pares se repetían y lo único que le quedaba al italiano era esperar que sus compañeros de partido no restaran. Para colmo, en el 7, su primera anotación era un bogey que tapidamente compensaba con birdie en el 8 para terminar la primera vuelta en tablas.
Tampoco cambió la dinámica en la segunda mitad del día. Francesco seguía sin rebajar golpes a su casillero y en el 12 aparecía el primer gran error. Un doble bogey que dejaba que Woods se aproximara peligrosamente.
Pero sin duda donde Molinari se dejó las opciones fue en el hoyo 15. La bola del europeo acababa en el agua y el golpe desde la zona de dropaje no llegaba a green obligándole a chipear para embocar en su sexto golpe. Un birdie en el 17, el tercero del día, y el par del 18 certificaban los 277 golpes (-11) con los que alcanzaba el empate en quinta posición.
Si (
No(
