Una tormenta eléctrica pasaba por encima del Augusta National a las 23,15 hora española y hacía que la segunda jornada de esta octogésima tercera edición del Masters de Augusta se tuviera que suspender parcialmente. A esa hora, sin la certeza de saber si el parón sería definitivo o temporal, jugadores y público abandonaban el campo.
La realidad es que a esa hora, con el liderato provisional del italiano Francesco Molinari y los estadounidenses Brooks Koepka y el australiano Jason Day, los tres con siete bajo par, se supendía el torneo con las espadas en todo lo alto, con esos tres colíderes y por detrás, a un solo golpe de distancia con Johnson y Harding con seis bajo par ya en casa club, y con Scott y Oosthuizen también con -6 pero con cuatro hoyos por jugar todavía.
Al cierre de la jornada a Molinari, Koepka y Day, se unirían también con -7 Scott y Oosthuizen, los cinco demostrando que hasta ahora han sido los mejores del torneo.
Con cinco abajo se mantenía John Rahm que se quedó con las ganas de pegar su hierro al green del hoyo 12. Si le dió tiempo un Tiger Woods que llegaba al Amen Corner encendido, con dos birdies casi seguidos en el 9 y el 11 y con otro casi hecho en el 12 que le colocaban con -5 y con todas las opciones de seguir luchando por su quinta Chaqueta Verde.
Rahm, que en todo momento ha estado a la altura de un Woods que se mueve como pez en el agua en este torneo, empezaba sus nueve primeros hoyos con dos birdies en el 2 y el 3 y nueve pares. El vizcaíno sabe que tiene que aprovechar sus ocasiones y estas pueden seguir llegando en los últimos hoyos de un recorrido que en su recta final será muy exigente.
En el momento de la suspensión, Sergio García, con +4, estaba fuera del corte, pero todavía con opciones de poder meterse en el fin de semana si consiguía uno o dos birdies. Todo dependía de él y de lo que pudiera hacer en los cuatro hoyos que le quedaban, aunque los cuatro bogeys que había firmado hoy no auguran nada bueno para el ganador del torneo en 2017. Al final, el +4 se mantuvo hasta el 18 y Sergio se quedaba fuera del Masters en esta edición de 2019.
A las 5,34 de la tarde, 11,34 hora española, el juego volvía de nuevo, pero esta vez bajo la lluvia y en unas condiciones algo más complicadas para todos los jugadores en el campo.
Sin embargo, en ese partido estelar que conformaban Woods, Rahm y Li, las cosas iban a cambiar mucho. De momento, el 12 se saldó con par para ambos jugadores y tras la renaudación parecía que las cosas se habían enfriado para todos pero Tiger tenía guardado un as en su manga.
Dos birdies más en el 14 y en el 15 le colocaban con -6, superando por primera vez a Jon Rahm y quedándose a un solo golpe de los cinco líderes del torneo. Jon, por su parte, no podía firmar ningún birdie y tras el 16, uno de los hoyos más espectaculares de Augusta, los dos llegaban a los dos últimos hoyos del campo con un golpe de distancia y con opciones de reducir diferencias con los líderes. Y aunque Tiger tuvo una clara opción en el 17 y el 18, los dos terminaron con esos -6 y -5, respectivamente, que les dejan a uno y dos de la cabeza y con todas las opciones este fin de semana de seguir optando, uno por su quinta Chaqueta Verde y el otro, por la primera.