Seguramente el emparejamiento entre Jon Rahm y Tiger Woods en el partido que compartieron con el chino Haotong Li era uno de los grupos que más expectación despertaron tras la publicación de los horarios de salida para las dos primeras rondas.
Con el histórico que ha dejado los enfrentamientos entre ambos, se podía esperar grandes momentos de la ronda inaugural del Masters de Augusta. Lo que seguramente no esperaba nadie es que este partido se convirtiera en un mano a mano entre Rahm y Woods dejando al oriental como un simple convidado de piedra. Es cierto que el rebufo le permitió a Li estar bajo par casi toda la jornada, pero sin duda, la atención se iba para el toma y daca que, a partir del hoyo tres, mantuvieron el ‘tigre’ y el ‘león’.
El californiano fue el primero en restar un golpe a su tarjeta. Acompañado por el birdie de Haotong Li, ambos dejaban atrás al español que no perdió la oportunidad de subirse al carro en el siguiente hoyo. Para entonces, el oriental ya intentaba salirse del pelotón y arrancaba otro birdie, obligando al de Barrika a esmerarse en el hoyo 4 para empatarle.
En el 5 empezaba el capitulo de errores para Tiger y Jon que, llegados al 8 ya habían devuelto sus marcadores al cero inicial, poniendo el punto de inflexión en el último hoyo de la vuelta. Un birdie para cada uno marcaba el inicio del duelo que les conduciría hasta el 18 dejando a Li en un segundo plano.
A partir de ahí los birdies se alternaron en ambas tarjetas llegando a empatar en el hoyo 14, esta vez con -3. Un resultado que Rahm lograba mantener después de salvar el par en el 16. Un par 3 que le obligó a realizar un larguísimo e imaginativo putt con el que aproximarse al agujero y embocar a la segunda.
En ese momento, Justin Harding y Adam Scott ya habían terminado y les esperaban en la casa club con 69 golpes. Los mismo que atesoraban Tiger y Jon, solo que estos contaban con dos opciones para ponerse por delante en el casillero. El error en la salida de Tiger en el 17, donde mandaba la bola fuera de la calle obligándose a jugar un golpe ciego que no llegaba a green, complicaba el objetivo de Tiger que acababa con bogey, y también el de Jon que saldaba el hoyo con par para mantener el -3.
En el 18 la bola del español acababa de salida en el bunker, aunque lo suficientemente lejos del talud como para no ofrecer demasiada dificultad para a la hora de llevarla hacia la bandera. Tampoco Woods se libraba de la arena. De cara al tercer golpe, ambos iban a necesitar esmerarse y Jon ejecutó un golpe de esos en los que se lucen los jugadores con buenas manos. Putt firme, cuesta arriba, para sumarse a los 69 golpes que lideraban el torneo y sacar un golpe a Tiger en su primer día juntos en Augusta.
"Si me hubieran dicho antes de empezar que iba a hacer mi cuarta ronda seguida por debajo de setenta pensaría que se trata de una gran hazaña", dijo Rahm repleto de confianza, a pesar de reconocer que "no tuve mi mejor juego hoy".
"Creo que lo más importante es que no he perdido la paciencia nunca. Sabes que van a ocurrir situaciones muy difíciles, pero al mismo tiempo vas a poder sacar ventaja de los contornos para hacer algunos birdies. Este recorrido se presta al jugador que me gusta ser, con creatividad, con ese algo especial que tiene Augusta que te saca lo mejor de ti", dijo Rahm.
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