El golf no puede prescindir de palacios y en Navarra se ha rodeado de uno muy especial. En el Club de Campo Señorio de Zuasti asiste al paso del tiempo el Palacio de Zuasti, un edificio del siglo XVI reformado por el reconocido arquitecto navarro Patxi Mangado para convertirlo en un restaurante muy funcional. El Club, con una amplia variedad de servicios, cuenta con el recorrido de 18 hoyos diseñado por José Mari Olazábal, un gimnasio con tratamientos de hidroterapia, piscinas, pistas de tenis y de padel, y numerosas actividades para toda la familia.
El Palacio de Zuasti preside con su imponente figura todo el recinto. Una fachada blasonada y un diseño interior minimalista convierten este lugar en un escenario ideal para eventos y celebraciones, muy habituales los fines de semana. Para los jugadores de golf, un menú diario y otro de sábado y domingo obedecen a las exigencias del guión para todos los gustos.
Ruben Cilleruelo, jefe de cocina del Palacio de Zuasti, presenta una carta variada con productos frescos y de temporada, y donde brilla con luz propia el plato estrella, el Gorrín. Con Denominación de Origen Pío Navarro, es un Gorrín confitado 12 horas a baja temperatura y salsa con su propio jugo. En el momento de servir se le da un golpe de horno para que quede bien crujiente y se acompaña con una ensalada.
Para antes del plato estrella, una de las propuestas es la Alcachofa con Bogavante. Una cama de alcachofa frita laminada con cola de bogavante salteada con Brandy, todo acompañado con pure de aceituna, unos cherrys en escabeche de soja y un puré de grana padano. Una elaborada combinación de sabores para uno de los productos clave de Navarra con toques mediterráneos.
El Palacio de Zuasti se convierte en la parada y fonda ideal tanto para el jugador de golf como para el que todavía no ha se ha iniciado en este deporte. Una cuidada gastronomía en un escenario único hacen de este lugar una interesante opción para combinar aficiones.
La Herrería apuesta por el Cocigolf
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