Tiger Woods ha confirmado que ha finalizado un "programa intensivo" para administrar sus medicamentos. Tras la detención el pasado 29 de mayo por conducir con síntomas de embriaguez, provocados por" una inesperada reacción a los medicamentos recetados", Tiger se apresuró a pedir disculpas y asegurar que "no fue un problema de alcohol".
El 19 de junio, en otro comunicado anunció que iba a comenzar un tratamiento profesional para gestionar sus medicamentos, un proceso que ahora dice que ha conseguido terminar. "Continuaré abordando esto con mis médicos, familiares y amigos", continuó el comunicado.