Si hay un claro favorito en esta edición del Masters de Augusta ese es un Jason Day que llega como número uno del mundo, con dos triunfos en su haber y con la moral por las nubes. En contra, sus últimas actuaciones en el Masters donde ha sido vigésimo, en 2014, y vigésimo octavo, en 2015.
Sin embargo, las cosas han cambiado en los últimos meses. Tras una excelente temporada en 2015, donde ganó cinco torneos, Jason Day ha comenzado en 2016 con el acelerador a fondo, con dos triunfos muy importantes en el Arnold Palmer Invitational, en Bay Hill, y unos días después en el segundo Campeonato del Mundo, el Dell Match Play, donde derrotó en una final sin demasiada historia al sudafricano Louis Oosthuizen.
Un triunfo que derrocaba también del número uno mundial a un Jordan Spieth que querrá volver a recuperar ese puesto de privilegio en el Masters. Su intención era hacerlo en el Shell Houston Open pero su actuación no le ha dado para ganar y sumar los puntos necesarios para hacerlo por lo que este Masters de Augusta se convertirá también, además de una lucha por ganar el torneo, por la supremacía mundial entre el 1 y el 2 del mundo.
Y en esta pequeña batalla parece que hoy por hoy Day parte como uno de los favoritos. Esta semana pasada se la ha pasado cerca de Augusta entrenando, con sesiones muy largas en los putting green de Augusta midiendo con mimo las velocidades caídas y greenes de un campo que tiene su mejor defensa ante los jugadores precisamente en esas plataformas en las que tanto el australiano, como Spieth se manejan a la perfección.
Hasta ahora Day ha jugado cinco ediciones del Masters de Augusta con suerte desigual. La primera fue en 2011, donde terminó segundo -su mejor posición- y la última, el año pasado finalizando vigésimo octavo. Diecisiete rondas, ocho de ellas bajo par del campo, y con una media de golpes por vuelta de 71,18, con un 64 en la segunda vuelta de 2011 -su mejor recorrido en Augusta- y un 76 en la segunda ronda de 2012 donde firmó su peor vuelta.