"Es sin duda una motivación", así se expresaba Rory McIlroy que ha asegurado con claridad que quiere "recuperar el número uno lo antes posible". De momento, el norirlandés cree que terminando segundo puede adelantar a Jason Day, una opción factible ya que acumula cuatro segundos puestos en los últimos cuatro años. "Tengo más ahambre y quiero que mi nombre quede en la historia", asegura.
El duelo esperado con Jordan Spieth es uno de los alicientes de esta primera prueba del desierto. Sin embargo, McIlroy no quiere que esta rivalidad centre la atención. "No juego contra Spieth sino contra 142 jugadores", dice, y añade que "esto no es un sprint, es un maratón. Habrá semanas buenas y malas, y se trata de hacerlo un poco mejor cada vez. Así llegarán los resultados".
Como es su costumbre, McIlroy hace propósitos a principios de año y tiene claro uno de ellos. El descanso navideño le ha venido bien, física y mentalmente, y eso es un dato a tener en cuenta de cara a esta primera cita que demostrará si sus intenciones vienen con un juego apropiado para conseguirlo.