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Como ahorrar hasta un 25% de combustible durante las vacaciones

Como ahorrar hasta un 25% de combustible durante las vacaciones

Por Florentino García
martes 29 de julio de 2014, 10:56h

Conducir un coche en verano puede convertirse en un infierno, pero no solo debido a las altas temperaturas que se alcanzan en su interior, sino también para el bolsillo por los gastos que ocasionan los largos desplazamientos vacacionales.

 Y sin contar que no tengamos alguna avería o problemas con los neumáticos, por ejemplo. Por eso, si ponemos un poco de cuidado en algunos aspectos y realizamos una conducción eficiente, se puede llegar a ahorrar hasta un 25% en los desplazamientos.

Para empezar y como es habitual todos los años, cuando comienzan las vacaciones nos encontramos que el litro de gasolina alcanza precios desorbitados. Con un coste medio de 1,44 euros, llenar un depósito medio de unos 50 litros, supone un desembolso cercano a los 72 euros. Por ello, podemos comenzar ahorrando no sobrecargando el vehículo. Ya que por cada 100 kilos adicionales que carguemos a lo permitido por la ficha técnica del modelo, el consumo de combustible se incrementa en un 5% (medio litro cada 100 Km).

También es importante como distribuir el peso del equipaje en el coche para mejorar la suavidad de la marcha y reducir el consumo. Los objetos pesados deben ir siempre en la parte inferior del maletero y colocados contra el respaldo de los asientos traseros. Y los objetos más ligeros deben rellenar los huecos alrededor del equipaje pesado, de la forma más uniforme y dynamica posible. Como recomendación, los chalecos de emergencia y el botiquín deben estar en un lugar a la vista.

Por otro lado, una baca cargada reduce la economía de combustible hasta en un 5%. Y si no vamos a utilizar soportes para esquíes, tablas de "snowboard" o bicicletas, es recomendable retirarlos, ya que tenerlos puestos aunque estén vacíos aumenta el gasto de carburante un 2%, dado que afectan a la aerodinámica, reduciendo la velocidad y aumentando la resistencia al aire. Hay que tener en cuenta que alrededor del 25% de cada litro de combustible se destina a superar la resistencia al viento.

Importante por las fechas que estamos es el aire acondicionado. Lo ideal es que funcione a una temperatura que oscile entre los 22 y los 23 grados, ya que un uso excesivo puede incrementar el consumo de combustible hasta un 20%. Y si carecemos de aire o climatizador, no es bueno llevar las ventanillas totalmente bajadas si se circula a más de 30 kilómetros por hora, ya que se gasta un 5% más de carburante. Por ejemplo, llevar las ventanillas abiertas en la autopista aumenta la presión del aire en el coche, que actúa como un paracaídas, reduciendo la velocidad y aumentado el consumo de combustible. Lo recomendable es abrir las ventanillas solo en ciudad.

Por otro lado y a parte de su incidencia en el apartado de seguridad, una presión correcta de los neumáticos es esencial para favorecer el control del gasto de combustible, porque si los llevamos desinflados o con la presión inadecuada, el motor tiene que esforzarse más para hacer girar las ruedas. Y si a esto le añadimos un filtro de aire sucio, puede aumentar en un 6% el consumo, mientras si el vehículo utiliza bujías y están sucias, lo incrementan hasta un 10%.

También y en caso de retenciones prolongadas y sino disponemos del sistema Stop&Start, es recomendable apagar el motor del vehículo si la parada sobrepasa el minuto de duración. Esta simple acción puede suponer un ahorro medio de 150 euros al año por conductor. Y es que en contra de la creencia popular, es importante intentar mantener el motor siempre al ralentí el menor tiempo posible puesto que, en punto muerto el vehículo tiene un consumo fijo de aproximadamente medio litro de carburante por hora.

Pero a parte de todos estos puntos, hay que sumar otro muy importante, como es el de llevar en todo momento el vehículo con una conducción suave y progresiva. De este modo, podremos mejorar el consumo de combustible en un 20%. Y es que acelerar gradualmente o mantener una velocidad constante es más eficiente que acelerar y frenar repetidamente. Hay que tener en cuenta que cada vez que usamos los frenos significa una pérdida de la energía generada para mover el coche, por lo que hay que evitar en la media de lo posible las frenadas innecesarias. Y para ello lo mejor es conducir a un ritmo constante y mantener la distancia con el vehículo que tienes delante para evitar el uso imprevisto de los frenos. También al bajar pendientes hay que usar las marchas para mantener o reducir la velocidad del vehículo, en lugar de frenar y en cualquier caso, nunca poner el punto muerto.

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