Partiendo con cuatro golpes de ventaja frente a Tommy Fleetwood, el irlandés Shane Lowry salía el domingo arropado por la afición. El tiempo avisaba que se lo iba a poner difícil a ambos y así ha sido.
El retrovisor ya no servía porque ni Jon Rahm, ni Brooks Koepka, ni Rickie Fowler, jugadores que tenían la intención de forzar una remontada épica, comenzaban pinchando, y el líder sólo tenía que controlar a Fleetwood y a sí mismo.
Los comienzos no fueron muy buenos, con una bola a la izquierda en el primer golpe, lo que le llevó a cometer el primer bogey. Sin embargo, Fleetwood no aprovechó esa primera puerta abierta y de hecho cometía también un error en el 3 para devolver la ventaja de cuatro golpes.
El irlandés se repuso y con birdies en el 4, 5 y 7 volvía a controlar la situación mientras que su rival hacía birdie en el 5. Arreciaba la lluvia y llegaron los errores de casi todos. Fleetwood hacía bogey en el 8 y Lowry pinchaba en el 8 y en el 9.
Así las cosas, tras los primeros nueve hoyos, el líder tenía cinco golpes de renta para la segunda vuelta. Los nervios y el mal tiempo complicaban la situación, pero cuando fallaba Lowry también lo hacía Fleetwood. El irlandés vigilaba muy de cerca a su máximo rival. Bogey en el 10 del inglés y en el 11 del irlandés, y aunque Fleetwood lo intentó con birdie al 12, en el 14 ya se abrió definitivamente la puerta del Open Championship para Lowry después de un doble bogey del inglés por el bogey del líder.
Cinco golpes para cuatro hoyos que se convirtieron en un paseo triunfal. Con más calma Lowry hizo birdie en el 15 ampliando a seis su renta. Y en el 18 la emoción ya era incontenible, llegando al green del 18 entre aplausos y abrazos. Par y victoria triunfal en The Open.
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