Kevin Esteve es un luchador y un campeón de esquí alpino que en tan sólo cinco años se hizo profesional de golf. En el mundo del esquí es muy reconocido, y en el golf está haciéndose un hueco empezando desde la base.
Kevin es de Andorra, y allí o esquías, o esquías, no hay otra. Y así se forjó como uno de los mejores esquiadores alpinos que representó a su país con magníficos resultados en Campeonatos del Mundo y en los Juegos Olímpicos de Vancover y Sochi, siendo estos últimos los que le dieron el pasaporte forzoso al golf. “Siempre se me han dado bien los deportes, pero al golf no jugué hasta que, con 14 años, mi hermano se rompió la rodilla y en su recuperación nos fuimos a dar bolas un día.
"No jugábamos demasiado, no más de diez veces al año, pero aprendimos nosotros solos. Recuerdo que un día, jugando, pensé, si me entrenase, creo que no lo haría mal. 2014 fue un año muy importante en mi carrera. Veía que estaba tocando techo"
Me entrené muchísimo y llegué a Sochi entre los 20 mejores del mundo. Allí los mejores salen los primeros y yo salía 5º en mi competición. El día antes, entrenando, me caí y me rompí la rodilla. Fue tremendamente frustrante, no sólo no poder participar, sino ver la carrera que yo debería estar haciendo, desde una cama de hospital. Tenía dos opciones: o empezar la recuperación sin saber si volvería a estar al mismo nivel, o empezar algo diferente por mi cuenta.
Así que me lancé al golf sin conocer nada de este deporte. Así, en 3 años llegué a ser hándicap 2 y me hice profesional. Hace tres años estaba en un campo de golf en Francia y me di cuenta de que necesitaba acercarme a alguien que conociese el golf como yo conozco el esquí, y fue cuando contacté con Larry (Alejandro Larrazábal). La experiencia con él y con su hermano Pablo fue maravillosa, aprendí muchísimo; yo solo no habría podido ver lo que realmente es el golf profesional.
El esquí y el golf tienen más que similitudes. Cuando te quieres dedicar a un deporte de alto nivel encuentras las mismas bases, pero se diferencian mucho en que el esquí es peligro y acción en cuestión de minutos, y el golf es concentración y resistencia durante 4 ó 5 días. También los dos deportes se disputan en plena naturaleza y hay mucho de dibujo, visualización, para mi la trayectoria del putt es como el reconocimiento de la pista de esquí, que te pide la misma precisión.
Tengo tarjeta del Alps Tour y mi objetivo es llegar al Tour Europeo. Ahora sé que tengo nivel para competir y, por encima de todo, tengo pasión e ilusión por el golf”.
Kevin hoy ha hecho 73 golpes.