"Esta mañana no podía poner los pies en el suelo cuando me levanté de la cama, apenas podía andar, no podía ir al putting green a entrenar, el pie derecho lo tenía fatal pero tenia que intentarlo", aseguraba Pablo tras conseguir embocar el último putt en el 18, un par cinco en el que firmaba el birdie más importante para él después de cuatro años sin victorias tras la que logró en junio de 2015 cuando ganó con brillantez el BMW Open.
Antes había ganado en Abu Dhabi en 2014, su primer BMW Open en 2011 y el Open de Francia -su primera victoria profesional en Europa- en 2008.
Sin embargo, en estas últimas cuatro temporadas el jugador barcelonés de 36 años no había vuelto a sentir esas sensaciones de ganador a pesar de haber puesto todo su empeño en conseguirlo. Quizá por eso, casi en el mismo green donde ha ganado esta tarde y ante las preguntas del entrevistador Pablo se emocionaba hasta casi no poder hablar.
"Hoy estaba todo en mi contra. He sufrido mucho en los nueve primeros hoyos, apenas podía mantenerme en pie, me dolía muchísmo al hacer el Follow Trough (el movimiento en el que el palo pasa tras golpear a la bola con toda su violencia) y veía como la victoria se iba pero en el 10 me dije que por lo menos tenía que intentarlo.
"Hoy estaba todo en mi contra. He sufrido mucho en los nueve primeros hoyos, apenas podía mantenerme en pie, me dolía muchísmo al hacer el Follow Trough (el movimiento en el que el palo pasa tras golpear a la bola con toda su violencia) y veía como la victoria se iba pero en el 10 me dije que por lo menos tenía que intentarlo. ¿Si Tiger Woods ganó el us Open con su rodilla rota porque no iba a ganar yo con unas ampollas en mis pies?
Ha sido muy duro pero quiero agradecer a mi excepcional equipo, a mi hermano Alex -que está aquí conmigo-, a mi familia, amigos, a Callaway, mis patrocinadores, a los fisios y a todo el mundo que me ha ayudado a lograr esta victoria tan importante para mí".