El buen tiempo desapareció casi por arte de magia en esta segunda jornada del Open Championship que se celebra en Royal Troon. Si ayer el sol fue el protagonista, hoy la lluvia ha llegado, en la que los mejor clasificados ayer -que jugaron por la tarde- le han visto la realidad al famoso clima escocés.
Y quien parece que más ha sufrido ha sido el líder de ayer, Phil Mickelson que si en la primera jornada firmaba una tarjeta de ocho bajo par hoy se tenía que conformar con dos abajo y también con sus dos primeros bogeys del torneo.
En el haber un “hoyo en 1” que se le escapó por unos centímetros cuando en el hoyo 8, en el famoso Postage Stamp, a punto estuvo de embocar en un golpe prodigioso que dejó su bola a sólo unos centímetros del “Hole in One”.
Pero a pesar de las apreturas, Mickelson sigue manteniendo su ventaja tras esta segunda vuelta con sus principales rivales, que no han conseguido acercarse demasiado.
A un golpe del zurdo de San Diego se colocó Henrik Stenson con la mejor ronda del día, 65 golpes muy meritorios con siete birdies y un solitario bogey. Entre los destacados en esas primeras posiciones se han situado con -7 el danés Soren Kjedlsen que acabó sus segundos 18 hoyos con tres bajo par, y Kevin Bradley, también muy activo con una tarjeta de 68 golpes. También por lamañana, Zach Johnson, defensor del título se ha dejado ver con una tarjeta de70 golpes y un total de -5, mientras que con -4 cinco jugadores entre los que destaca Charl Schwartzel, que ha firmado 66 golpes para subir 69 puestos en la tabla, Andrew Johnstone y Sergio García.
No se quedan atrás con -3 Kevin Na, Matt Luchar, Martin Kaymer y Rafa Cabrera Bello, que no ceden en la persecución. Porsu parte, otros favoritos no han brillado, como Rory McIlroy, que se queda con -2 tras hacer el par, Rickie Fowler, con -1 después defirmar 72 golpes, o Jordan Spieth, con +4,pasando el corte al límite, después de 75 golpes.
Dos jornadas donde se ha visto de todo, y con Mickelson en velocidad de crucero perseguido de cerca por Henrik Stenson, Soren Kjeldsen y Kevin Bradley, y donde Sergio García y Rafa Cabrera Bello no han dicho la última palabra.
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