La importancia de los músculos para un deportista es enorme, y más en un deporte como el golf, que necesita de una buena flexibilidad para que el swing sea completo. Lo hemos podido ver en el caso de Miguel Ángel Jiménez, que a sus 51 años sabe de la importancia del calentamiento y del obligado tiempo para estirar. Si no, las lesiones pueden llegar sin previo aviso.
Esa buena forma física de Jiménez ha quedado documentada una vez más con el segundo puesto en el Open de España. Defendiendo el título del año pasado, el Pisha ha peleado con uñas y dientes, como gato panza arriba, su victoria en el PGA Catalunya.
Al golf español le pasa igual. Con un amplio historial en el Tour Europeo, su única cita actual del Circuito lleva 8 años con una gestión directa de la Real Federación Española de Golf, bajo el patrocinio de Reale, y con la colaboración de otras empresas. Además, la apuesta de todas las Instituciones por la Ryder de 2022, con una fuerte candidatura, han hecho que la cita cobre más motivación. Este año, con el regreso al RCG El Prat cuatro años después, se ha recordado también el fallecimiento de Severiano Ballesteros durante ese Open de España de 2011, una emotiva mirada al genio de Pedreña.
Todo ese ambiente, junto con una competición muy disputada, donde Sergio García y Miguel Ángel Jiménez han tenido opciones hasta el final, dejan una semana muy bien presentada, en un campo que ha trabajado a un ritmo frenético, después de un vendaval que destruyó 3.600 pinos el pasado mes de diciembre, para dejar un escenario lleno de luz y color, y que ha obligado a los jugadores a mostrar su mejor golf.
Estos ocho años de Open de España dejan un músculo bien trabajado, preparado para cualquier reto, y sobre todo protegido para cualquier inoportuna lesión. Ser elegidos para la Ryder 2022 puede ser un premio a ese trabajo, pero si no se logra, el golf español ha demostrado esa flexibilidad muy valiosa para seguir apostando por grandes citas.