Dicen los expertos que la principal diferencia entre un amateur y un buen profesional de golf se basa en la forma en que aceptan los malos golpes. Es, lo que los psicólogos llamamos "Control de Afrontamiento Negativo". Sólo los grandes jugadores tienen esta capacidad bien desarrollada y es que, saben aceptar, como dijo Tom Kite, que "el golf no es el juego de la perfección".
El juego del golf consiste realmente en saber
recuperarse de los golpes malos y no dejar que estos vayan influyendo en los
siguientes. Desde luego hay que esforzarse por minimizar los fallos, pero no
obsesionarse con eliminarlos, ya que supondría invertir energía en algo
imposible de conseguir.
Es importante reaccionar bien ante los fallos
que se cometen de manera inevitable, ya que sabemos que una reacción emocional
demasiado efusiva ante el error, influirá a nivel cerebral, quedará más
asentado ese recuerdo en nuestra memoria y será más difícil la recuperación,
mermando no sólo el rendimiento en esa vuelta, sino que puede lastrarnos en
futuras competiciones, influir en los resultados y e incluso acabar
disminuyendo la motivación para jugar.
Todo esto puede llevar a un bucle que,
si no se gestiona bien, puede terminar haciendo creer al jugador que no es
capaz de ganar, creando una tendencia a pensar negativo y de sensaciones
incomodas que acabaran mermando su juego. Pero, hay que pensar que esto es sólo
un hábito de pensamientos que afectan a la fluidez del swing y al juego en
general, pero el cerebro, al igual que otros músculos del cuerpo, también se
puede entrenar y podemos enseñarle a pensar de manera más útil y aprender un
idioma ganador amente la probabilidad de que saques tu mejor juego.
Para evitar que los errores terminen convirtiéndose
en fracasos, hay que tener muy claro que no hay que lamentarse cuando se
cometen errores, sino cuando se traiciona el compromiso. Antes de empezar la
vuelta es importante que te propongas cumplir objetivos que puedas controlar
100%.
Si consigues hacerlo, independientemente de tu resultado, no podrás
reprocharte nada, porque sabes que hiciste todo lo que estaba en tu mano para que
saliera lo mejor posible. Una buena vuelta e incluso una victoria, la puede
conseguir cualquiera, pero el éxito esta en la mejora continua como jugador, en
superarse cada día.
Para ello, siempre recomiendo a jugadores, tanto
profesionales como amateurs, que eliminen expectativas antes de pisar el campo.
No hay que esperar nada, cuando vayas a jugar un torneo no pienses lo que debes
hacer o tiene que pasar. Nunca he trabajado con un golfista que pudiera
acercarse a su mejor juego sin dejar a un lado sus expectativas desde el primer
golpe. Como jugador puedes controlar pensar que la bola va a ir a un lugar
determinado, pero no puedes esperar que
lo haga. Acepta las dificultades del juego y enfócate en controlar lo que está
en tu mano y en pasarlo bien, que en teoría no debe ser difícil, ya que estás
rodeado de un paisaje increíble y presuntamente bien acompañado de otros amigos
golfistas.