El chaval le
metió diez golpes de distancia al segundo, Henrik Stenson, y dejó bien claro
que hace tiempo que abandonó la categoría de promesa, pues ha jugado toda la
semana como los ángeles. Si seguimos hablando de cifras, la siguiente que hay
que destacar es veintiséis, y por dos motivos.
El primero es que Jordan acabó
veintiséis bajo par, que no es un resultado precisamente despreciable, y el
segundo y más importante es que esa misma cifra es la distancia con el
anfitrión, Tiger Woods, que acabó al par, en última posición y empatado con
Hunter Mahan. Al final es bueno que sólo jugaran dieciocho, gracias a lo que no
pudo quedar el décimo noveno o peor...
Ahora fuera de
bromas, nunca creímos que veríamos así a Tiger, sobre todo, por ejemplo, tras
presenciar su victoria en un U. S. Open estando literalmente cojo. El ex número
uno del mundo está pasando un calvario increíble, tanto como que siga empeñado
en volver a ser alguien importante en las clasificaciones, y le honra la
humildad que requiere verse al final de la tabla y seguir jugando.
Tras unos
meses de inactividad volvió a la competición, según dice la prensa americana,
con nuevos palos, nuevo entrenador y nuevo swing, y también según ellos, jugó
setenta y dos hoyos sin sufrir dolores, lo que es una muy buena señal y espero
que le permita recuperar el juego en un plazo corto de tiempo. Nunca he sido un
fan de Tiger, lo reconozco, sobre todo por lo que de monopolio tenía su reinado
en el golf mundial, pero tampoco me gusta verle arrastrándose.
Además de que es objetivamente bueno para el
golf que Woods siga en la brecha y con éxito, su trayectoria y, sobre todo, su
empeño en volver se merecen algo más que ese juego corto desastroso que ha
mostrado la semana pasada y ese último puesto de la clasificación. Al menos nos
quedamos con eso, con que ha sido capaz de jugar cuatro jornadas sin sufrir
dolores. Creo que es el primer paso para que vuelva a ser ganador y repito, le
aplaudo el mérito que tiene recomponer su swing a estas alturas y mostrar la
humildad de jugar a pesar de estos resultados. Por una vez, y sin que sirva de
precedente, ¡ánimo Tiger!