Parece que lo de Medinha fue hace unos días, pero no, hace ya dos años. Lo que pasa es que nos hemos estado relamiendo todo este tiempo después del triunfo apoteósico de los chicos de José María Olazabal y el paréntesis se nos ha hecho muy corto
Hemos visto las imágenes una y otra vez, las hemos
ralentizado, hemos idealizado a los jugadores y
nos identificamos con ellos, a pesar de ser de otros países, pero es de
las pocas veces que el ser europeos nos ha unido tanto en una competición
deportiva. Pero nada, que la Ryder ya está aquí. El próximo 26 de septiembre
será tiempo para estar pegado a la tele, o los más afortunados podrán verlo in
situ.
Quien le iba a decir al bueno de
Samuel Ryder, allá por el 1927, que su
Cup iba a tener la importancia actual. La Ryder Cup es uno de los
acontecimientos deportivos más vistos cuando llega su cita, equiparable a la
Copa América de Vela, mundial de fútbol, etc. Ignoro cual tendrá más audiencia
televisiva pero da igual. Para mí, junto con los JJ.OO. y mundial de motociclismo, es lo más de lo más.
Son tres días intensos donde no hay tiempo para otras cosas, incluso las
obligadas. Cada cual se las ingenia para aislarse y estar pendiente de la
confrontación europeo-estadounidense.
Los equipos ya están conformados
en su totalidad y estoy seguro que cada aficionado tendrá su docena favorita,
bueno en realidad los tres jugadores nombrados por el capitán Paul McGinley y
los vice capitanes. En cuanto a estos últimos, los que vivimos en España seguro
que estamos de acuerdo con los nombramientos de Olazabal y Jiménez, aunque
seguro que hay quien piensa, entre los que me encuentro, que el Pisha
tendría que estar en el bando de los jugadores mejor que el de los que van en buggie con el
pinganillo puesto todo el día.
Creo firmemente que el plantel
de jugadores europeos es uno de los más fuertes de los últimos años, y salvo
alguna excepción, uno de los más
jóvenes. En cuanto a las tres nominaciones del capitán, Stephen Gallacher, Ian Poulter y Lee Westwood, seguro que quien más y quien menos, no estará de acuerdo. Lo de Poulter está
claro, es un hombre Ryder y aunque no
atraviesa un buen momento de juego, hace
piña y siempre ha sido uno de los revulsivos necesarios del equipo europeo por
su garra y su entrega. Westwood está
claro que no vive su mejor momento deportivo, pero McGinley ha confiado en él,
me imagino que por aquello de ser británico y que es un jugador que cuando se
le enciende la bombilla pude ser letal, pero eso ahora, en estos tiempos, está por ver. Quizá eche de menos la presencia
de Luke Donald, pero bueno es una apreciación personal de un jugador que
tampoco brilla como en años anteriores. Aun que no es la alegría de la huerta,
también me gusta Francesco Molinari, pero es que solo pueden ir doce. Lo de
Gallacher es una incógnita. Es un jugador que brilla en el circuito europeo,
pero habrá que ver como se defiende en la mayor confrontación del mundo
del golf.
Hablando de los contrarios, los
estadounidenses, también traerán a Gleneagles una formación tremendamente joven
y muy competitiva. Tom Watson ha alineado, por decisión propia a tres jugadores
que están cada semana a la cabeza de todos los torneos del Pga Tour: el
nervioso Keegan Bradley, el cazador
Mahan y Web Simpson. Lo más notable será la ausencia de Tiger Woods después de
unos cuantos años. Así lo ha creído
conveniente el ex number one debido a
su estado de forma actual.
La suerte está echada y dentro
de unos días disfrutaremos, y quién sabe si hasta el final, del mayor
acontecimiento golfístico del año 2014. Y todo esto se lo debemos a un
visionario que allá por el 1927 montó este pollo
llamado la Ryder Cup.