Rickie Fowler se estrena en el partido central del domingo en un Major. Jugará junto a Kaymer después de una ronda de 67 golpes, la mejor del sábado junto a Erik Compton, y con cinco golpes de desventaja sobre el alemán. Como es habitual, Fowler apuesta por el naranja.
El naranja será el color de Rickie Fowler para la ronda final del Us Open, una jornada en la que por primera vez saldrá en el partido estelar en un Major. El joven estadounidense, que el primer día homenajeó vestido con unos bombachos a Payne Stewart, ganador dos veces del Us Open y fallecido en 1999 pocos meses después de conseguir el título en este Major, será fiel a su tradición "orange" al menos en la parte de arriba.
Con cinco goles de ventaja tiene confianza en poder pelear por la victoria. Con su preparación junto a Butch Harmon desde diciembre, en un año en el que ha logrado un quinto puesto en el Masters, asegura que está listo "para las grandes ligas", en un Us Open donde el año pasado terminó décimo.
"No he jugado como a mí me hubiera gustado", reconoció Fowler a pesar de haber firmado la mejor ronda del día, 67 golpes, con seis calles de 14 y 24 putts. El domingo saldrá para buscar su mejor resultado en un Grande.
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