En el campo de golf existe una línea muy fina entre jugar bien y jugar
descontrolado, todo depende de donde enfoques tu atención.
Lo primero a tener en cuenta es que hay que salir al campo con la actitud de jugar bien, y no la de evitar jugar mal, ya que esto puede tensarte y quitar naturalidad a tu juego. Si hay algo que he aprendido trabajando con grandes jugadores de golf, a diferencia de los amateurs, es que nunca juegan evitando el error; buscan dar un buen drive, no el evitar entrar en rough, o embocar el chip y no hacer approach y putt; buscan embocar la bola al patear y no evitar un tripateo...siempre con una estrategia clara, la mayoría de las veces conservadora, combinando habilidad y confianza; saben que si se preocupan demasiado por no hacerlo mal, jugarán menos sueltos, y eso influirá en su swing.
Además tienen muy claro que no son el resultado que aparece al final de su tarjeta, ya que no depende de ellos. Cuando el juego se descontrola muchas veces ocurre precisamente porque nos centramos en cosas que no podemos controlar, como es por ejemplo el resultado. Siempre le digo a mis jugadores que ganar un torneo o hacer una buena tarjeta no va a hacer que sean mejores jugadores que el día anterior, lo que realmente te va a hacer ser un buen golfista es el hecho de mejorar lo que te ha fallado en ocasiones anteriores, el hacer algo diferente para obtener resultados diferente, el centrarte en todo que esté bajo tu control, como buscar pensamientos positivos, que ayuden a ser tu mejor amigo en el campo, a crear buenas sensaciones y establecer un hábito de juego centrado en acciones útiles, que permitan desarrollar tu confianza y habilidades.
Centrarse en algo que no depende al 100% del jugador como es el resultado, puede ser muy frustrante y dañar seriamente la autoestima del jugador, por ello es importante trabajar una buena rutina posterior a un mal golpe, donde hay 5 puntos básicos que no te deben faltar:
1- Perdónate: no está demostrado que enfadarse sirva de nada, más que para aumentar la posibilidad de fallar, así que ten un poco de compasión contigo mismo, pregúntate si hiciste todo lo que estaba en tu mano para dar un buen golpe, y si es así, perdónate, en caso contrario, analiza que pudiste haber controlado y asegúrate de realizarlo en el siguiente golpe.
2- Olvida: Si hay algo que puedes aprender de tus malos golpes, utilízalo para el siguiente, después de esto, ¡olvídalo!
3- Mantén buena actitud: Nunca controlarás completamente la bola de golf, pero si que puedes controlar tu actitud, por ello es fundamental esforzarse para mejorar y reaccionar bien antes los errores
4- Céntrate en lo que puedas controlar: es fundamental aceptar que el golf es un juego de errores, de hecho se mide por "hándicap", donde el mejor es el que menos errores comete. Por ello tenemos que aceptarlo como algo natural. No podemos ir buscando la perfección porque entonces cuando demos un buen golpe consideraremos que es lo normal, y sólo los malos golpes nos afectarás. Hay que darle la vuelta, alegrarse ante los buenos golpes y saber que el error es algo que está dentro de este deporte.
5- Disfruta: En una conferencia junto a Miguel ängel Jimenez dijo que "el mejor es el que más se divierte", y tiene toda la razón. Nunca podemos olvidar que el Golf es un juego, y hay que jugarlo.
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