Las chicas también tienen su primer Major

La ganadora del año pasado, la coreana Inbee Park, será de nuevo una de las grandes favoritas a la victoria en este primer grande de la temporada del golf femenino. Con una semana de antelación respecto al Masters de Augusta, las mejores profesionales del mundo, incluídas las tres españolas, estarán en la línea de salida de esta cita que repartirá desde el Rancho Mirage de California, 2.000.000 de dólares en premios.

El torneo, que se celebra en Estados Unidos desde 1972 y que se convirtió en Major en 1983, ha tenido grandes ganadoras a la largo de su corta historia, entre ellas jugadoras como la mencionada Inbee Park, ganadora el año pasado, Stacy Lewis, la última estadounidense en ganar el torneo, la mexicana Lorena Ochoa, ex número uno del mundo, que ganó el torneo en 2008, o Karrie Webb que ganó en 2000 y 2006, y que este año, tras sus victorias esta temporada, vuelve a ser favorita a la victoria.

Con ellas, tres jugadoras españolas que llegan al torneo en muy diferentes estado de forma. Beatriz Recari, que el año pasado llegaba con la victoria en el Kia Classic debajo del brazo, no atraviesa esta temporada su mejor momento. No anda fina, sobre todo con las maderas, y este año no ha tenido todavía una buena actuación aunque este Kraft Nabisco puede convertirse en el punto de inflexión de la navarra en una temporada que tiene que cambiar cuanto antes.

De muy diferente manera llega a California una Azahara Muñoz que se ha quedao a las puertas de la victoria en dos ocasiones, que se ha metido entre las veinte primeras del Ranking Mundial y que parece que tiene muy cerca su segunda victoria en suelo americano. Desde luego la malagueña sale como una de las favoritas y posibles ganadoras aunque como ella sabe todas o casi todas las participantes serán durísimas rivales en un torneo de por si muy exigente.

La tercera jugadora española que tomará parte en el torneo será la también navarra Carlota Ciganda. Con su temporada apenas recién comenzada todavía le falta ponerse a velocidad de crucero. Quizá la responsabilidad le pese pero su calidad puede hacerle superar de sobra todos los impedimentos que se encuentre para firmar un gran torneo.