¿Hasta cuando aguantarán los patrocinadores?

Y es que esta situación está siendo ya norma habitual en muchas citas que no ofrecen fijos a los jugadores porque, en teoría, piensan que con el prestigio de sus torneos o el montante en premios de los mismos -el Accenture tendrá una bolsa de 9.000.000 de dólares- es más que suficiente. Y no es así ni mucho menos.

Cada vez es más habitual que, sobre todo los diez primeros jugadores del Ranking Mundial, jueguen cada vez menos. Calendarios reducidos, mucho dinero en fijos o bonus y ,sobre todo, torneos en los que se sienten muy a gusto son las citas que eligen para jugar las grandes estrellas de este deporte en los últimos años.

Ya no vale con un gran campo, mucho dinero en premios, un gran field o una buena fecha. Los jugadores, a diferencia de otros deportes, son los únicos propietarios de su calendario y de los torneos que quieren o no jugar. Las únicas citas que parecen obligatorias para todos son los cuatro Majors, aunque muchos de ellos hayan confesado en alguna ocasión que de los cuatro si pudieran no jugarían algunos de ellos pero, claro, ahí los patrocinadores mandan y en virtud del dinero que les pagan les "obligan" a jugar los cuatro -si es que entran- por cuestión de imagen y retorno publicitario.

El resto depende de cada uno y casos como el del Accenture Match Play hacen ponerse a pensar hasta cuando puede aguantar un patrocinador de un torneo como estos, sobre todo en Europa o Estados Unidos, si cuando llega la fecha de la celebración ve como los mejores del mundo deciden y, sin excusa o razón aparente, no jugar.

Mickelson siempre esgrime en este torneo que no ha jugado nunca, que son fechas que pasa con su familia aunque se adivina también que uno de sus patrocinadores principales, la consultara KPMG, rival directa de Accenture, le puede decir y aconsejar al de San Diego sobre la idoneidad de no darle mucha bola a un torneo que organiza su competencia. Con no ir asunto solucionado. Este año Phil seguirá a rajatabla los consejos de su patrocinador y tampoco irá, seguro que hablando también de su recuperación y de su problema de espalda que por otro lado no le impidió jugar el Phoenix Open.

Otro que no acudirá es el Australiano Adam Scott que, tras un final de temporada con muchos torneos en su agenda, decidió tomarse seis semanas de vacaciones perdiéndose el comienzo del año en la PGA y, por supuesto, este torneo eliminatorio que a muchos jugadores no les gusta porque si pierden en primera ronda se vuelven a casa casi con las manos vacías y habiendo jugado sólo 18 hoyos, ni siquiera los 36 de un torneo normal si no pasan el corte.

Y Tiger, que cada vez va a jugar menos, pero al que no le cuesta nada cruzar el charco, jugar en Dubai, cobrar tres millones de dólares y luego volar a la India para jugar 15 hoyos y embolsarse otros 2,5 millones para volver a casa tras semana y media de viaje y 5,5 millones de dólares en su cuenta corriente sin presión de resultados, viviendo a cuerpo de rey y esperando un nuevo torneo en su calendario que le guste, en el que se sienta cómodo y en el que pueda ganar sin muchos problemas. Sus próximas citas serán el Honda Classic, el Cadillac Championship y el Arnold Palmer Invitational, que ha ganado en ocho ocasiones. El Accenture ya lo ha ganado tres veces, en 2003, 2004 y 2008 y, seguramente, piense que jugando como lo está haciendo mejor merece la pena esperar a una cita tradicional a 72 hoyos y sin riesgo de caer eliminado a las primeras de cambio.