Este ingles de 83 años, presidente de la Formula One Management hasta su reciente dimisión; con una vida salpicada de escándalos políticos vinculados con el Partido Laborista y económicos, como el supuesto soborno de 33 millones de euros al banquero alemán Gerhard Gribkowsky. Impulsor y "amo" de la formula 1 moderna siempre se ha caracterizado por las barbaridades que dice. Solo tolerables por su edad, su inmensa fortuna, el desasosiego que le debe producir la juventud de sus compañeras y, solo a veces, cargadas de razón.
Es una de sus señas de identidad, y Ecclestone no tiene reparos en disparar contra su propia criatura después de comprobar el enorme fiasco que ha supuesto la presencia de los reinventados monoplazas, en los primeros test del circuito de jerez. "Es una farsa total" dice claramente molesto por el despiste de los ingenieros y la imagen ofrecida.
Se comunica con el mundo solamente a través de medios ingleses, por eso se despacha a gusto en declaraciones al Daily Mail en las que el multimillonario Bernie echa la culpa a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), y se adorna con claros reproches a los equipos por haber aceptado la implantación de los motores 1.6 Turbo-híbridos-eléctricos y no sé cuantas cosas más, que no han sabido explicar ni poner a funcionar correctamente en pista.
"Dije que esto iba a suceder. La FIA y los equipos insistieron en implantar estos nuevos motores. Estos inventos son para Le Mans no para la F1" así de contundente se muestra Ecclestone frente a estas nuevas medidas que en teoría pretenden ahorrar combustible. Por tomar un ejemplo, dice, "Mercedes se desplaza con 23 camiones a todos los grandes premios. Si quisieran ahorrar combustible deberían parar ese despilfarro".
Tampoco está de acuerdo con estos motores silenciosos: "Los aficionados quieres coches de carreras que hagan ruido, algo distinto, especial, de eso trata la F1. Ahora tenemos motores silenciosos y coches que se rompen en la pista".
Y en esto coincidimos plenamente con él. Si los coches de carreras no hacen ruido y no montan ruedas "gordas" no despiertan emociones. Da lo mismo que rueden un segundo más rápido o tres más lentos, eso es prácticamente inapreciable desde la tribuna o desde la televisión. Si un formula 1 no asusta, no te pone el vello de punta cuando pasa a tu lado, dejaremos de admirar a sus pilotos y de interesarnos por algo sin "chispa" a pesar de que, ahora, vayan cargados de baterías.