Siempre se ha dicho que a los grandes y a las grandes jugadoras en este caso les encantan los greenes rápidos. Que en ellos se patea mejor, pero también que son mucho más difíciles.
"Hace algunos años, nos comenta un gerente de un campo madrileño, los greenes de los campos y los torneos estaban a una velocidad de 8 u 8,5 como máximo. No había la tecnología ni la maquinaria que hay ahora. Después del año 2000, un campo normal de socios puede estar fácilmente a una velocidad de 10, que es lo que nos piden nuestros jugadores. Ya en un torneo los puedes poner a 11 pero más rápido es ya muy complicado para el juego y también para mantener el propio green con una buena salud".
En Colorado los greenes de esta Solheim Cup están a una velocidad de 13,5 en el steepmeter, una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta que la media de velocidad en los torneos del Tour europeo suelo rondar los 11 metros.
"Para mantener un green una semana a 13,5 tienes que cortarlos dos y hasta tres veces al día, echarle arena bastantes días antes para que esté duro y reciba poco y apenas regarlo. En esas condiciones y en greenes como los del Colorado Golf Club su vida apenas puede ser de una semana. Hoy en cuanto termine el torneo empezarán a regarlos y ha dejarlos crecer, sino sufrirán mucho".
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