No ha tenido una buena jornada el estadounidense Phil Mickelson que, tras una temporada bastante herrática en Estados Unidos y tras los tres primeros Majors disputados, llegaba al Reino Unido en busca casi del "milagro" para resarcirse de una primera parte de año en donde las cosas no le han salido demasiado bien.
Y para estar seguro de que su juego iba a brillar al máximo, el zurdo de San Diego se decidió quince días antes de que empezara el Open a perder cinco o seis kilos a base de café y proteínas solubles que le dejaron con un tipín que no se le recordaba, pero que hoy, visto lo visto tras sus primeros 18 hoyos, poco le han mejorado en su juego y en su sensaciones.
Hoy Mickelson, que ya sabe lo que es ganar un Open Championship, empezaba su vuelta con tres bogeys y un solo birdie en el 7 para seguir con +2 en los nueve segundos hoyos donde terminó hoy su vuelta con cuatro bogeys más y un único birdie en el 14 que le dejaban con +5, a 9 golpes de la primera posición y en situación de riesgo para pasar el corte a no ser que mañana viernes juege a su mejor nivel, firme una vuelta casi de escándalo y se meta dentro del grupo de los que jugarán el fin de semana en Royal Portrush.
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