Las marcas del gof están en alerta. Desde que Nike decidiera el año pasado dejar de lado la sección de palos de golf, grandes jugadores que jugaban con esta marca se han convertido en potenciales e interesantes clientes.
Nike seguirá apostando por el golf, una sección que le genera alrededor de 700 millones de dólares, y se centrará en la ropa. Su última incorporación en esta nueva línea es el número uno del mundo, Jason Day, que ya ha lucido la marca en el torneo de campeones. El contrato no ha trascendido pero se habla de 10 millones de dólares. A pesar de todo, Day seguirá con sus palos Taylormade.
Rory McIlroy es uno de los primeros en dejarse ver y recibir ofertas de palos de golf, y en su primera cita de 2007 en Sudáfrica ya ha anunciado que va a probar nuevo material. El número dos del mundo firmó por Nike en 2013 dejando sus palos Titleist. En aquella época se decía que las sensaciones no tienen precio pero se hablaba de un contrato de 100 millones de dólares para la nueva estrella mundial que ese año accedía al número uno del mundo.
"Estoy buscando un contrato a largo plazo pero de momento voy a ir probando este año", ha sido la llamada de atención de las principales marcas que tienen toda la temporada para convencer a la estrella del golf mundial.
El año pasado, el norirlandés probó en el HSBC el driver y las maderas Taylormade con buenas sensaciones. En esta ocasión se lleva en la bolsa el driver, maderas y hierros Callaway y wedge Titleist. Además, se ha visto en su bolsa un putt cubierto por una funda Odyssey. Habrá que ver resultados y sensaciones, eso que no tiene precio pero que las marcas ya están buscando cómo enamorar a todo un número dos del mundo que busca palos en otra temporada de mucho movimiento. "Quiero ir viendo y si me encuentro cómodo firmar un contrato a largo plazo". Toda una declaración de intenciones que ha puesto a trabajar a todas las marcas.