Esta segunda vuelta de Tiger Woods tras su retorno de las sombras ha brillado como el mejor sol. Sus siete birdies y ni un solo error le han devuelto literalmente a la vida que siempre quiso volver a encontrar: la de jugador de golf y hoy, en sus segundos 18 hoyos de competición tras 16 meses de inactividad, ha jugado como el habrá soñado cientos de veces durante su recuperación.
Sin un solo error, pateando como solía, seguro con sus maderas desde el tee y con los hierros desde la calles, Tiger ha sido otra vez definitivo en el green con su nuevo Scotty Cameron para hacer ver a todos que ha vuelto y que lo ha hecho de verdad.
Seguramente, le queda ahora confirmar sus sensaciones, fijarlas en su mente e intentar repetir mañana el juego que ha hecho hoy, intentando olvidar los segundos 11 hoyos de su primera vuelta en la que nos recordó su peor versión tras ocho muy buenos aguijeros en su debut tras la recuperación de sus problemas de espalda.
Todos queremos ver el Woods seguro, confiado y potente de esta segunda vuelta y no el irregular de ayer, pero da la sensación que eso no depende de nosotros, ni siquiera del mismo Woods. Dependerá de su estado físico y mental, de la fortuna que tenga y del destino. Da la sensación que Tiger ha puesto los medios y que jugando como lo ha hecho hoy no quedará último en Bahamas. Ese puesto será ya definitivamente para Justin Rose, que tras terminar ayer con +2 hoy ha decidido no salir a jugar por unas leves lesiones en la espalda por lo que Woods, que jugó sólo, sin rival, se vió en una situación insólita en su carrera.
Ahora, tras la segunda vuelta, el norteamericano ha subido hasta la décima plaza y se sitúa tras el -7 de hoy con seis bajo par, a seis de los dos colíderes del torneo, Dustin Johnson y Hideki Matsuyama y con opciones de todo, hasta de ganar. Por delante de él jugadores como Matt Kuchar y Louis Oosthuizen con -10, Bubba Watson con -9, Brandt Snedeker con -8 y Jordan Spieth y J.B. Holes con -7.
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