Sergio García se lo toma con filosofía, y acude a Baltusrol optimista y sin presión. Vuelve a ser objeto de miradas y sobre todo después de que los últimos cuatro ganadores de Majors hayan sido primerizos. “Sería muy bonito ganar pero no hacerlo no es el fin del mundo”, asegura.
Emparejado en las dos primeras rondas con Jordan Spieth y Bubba Watson, Sergio García sonríe a pocas horas de comenzar su participación en el PGA Championship, el cuarto Major de la temporada y la puerta a un verano que se presenta emocionante con unos Juegos Olímpicos con golf y después una Ryder Cup.
Las cuatro últimas victorias de los Grandes han sido para primerizos, que se han estrenado en eso de ganar un Major, un incentivo más para Sergio García que está en un momento especial. Después de ganar el AT&T Byron Nelson, terminó quinto en el Us Open y quinto también en el Open. “Jugué bastante bien en el Us Open, y en el Open no encontraba mi swing, pero eso es bueno porque significa que puedo pelear sin estar perfecto”, asegura un Sergio más sonriente y optimista y que se quita presión.
“Sería muy bonito ganar y mi objetivo es jugar bien para darme otra oportunidad”. Con 9 victorias en el PGA, las mismas que Seve, y más de 43millones de dólares en ganancias en su carrera en el Circuito americano, Sergio tiene esa asignatura pendiente a sus 36 años pero no le preocupa. “Puede ser que no gane un Grande, pero no me voy a meter en una cueva si no lo consigo. No es el fin del mundo, aunque sería bueno tener al menos uno”, dice en una semana en la que tiene una nueva oportunidad.