La fecha, coincidente con la llegada de la primavera y preludio de la operación salida, 21 de marzo. La hora 11.30 de la mañana. La pierna poco estable del conductor y lo más importante, el “corazón” necesario para alcanzar la velocidad señalada en ese tramo, que no es recto sino con el ligero serpenteo con el que se construyen las autopistas actuales, hacen que la cifra resulte tan inverosímil que, una vez encerrado al kamikaze, también deberían mandar delante del juez al Multanova.
La velocidad máxima del Porsche Carrera es de 293 kilómetros hora, velocidad prácticamente imposible salvo en el reloj central de este coche y solamente en circunstancias tan favorables que difícilmente se pueden dar en condiciones de trafico normales; ni siquiera en autovía de pago como es el caso. Es cierto que el perfil del conductor acumula todos los condicionantes negativos posibles ya que, a la mencionada discapacidad que le condiciona para circular solamente a velocidades máximas de 100 km/h. y siempre en vehículo adaptado, tenemos que sumar el carnet sin puntos y antecedentes penales relacionados con delitos contra el patrimonio y tráfico de drogas.
Conduce, sin embargo, un automóvil de más de 130.000 euros que, según la información facilitada por la Guardia Civil, no era propiedad del detenido sino de la propia marca, por lo que se baraja la posibilidad de que fuese algún tipo de cesión de prueba para una posible adquisición. Situación difícilmente creíble para un ciudadano de 36 años que, según todos los indicios, vive al margen del sistema.
Parece que el juzgado número 6 de Valdemoro ha condenado al conductor a doce meses de retirada del permiso de conducir y una multa de 3.600 eurospor la comisión de dos delitos: conducir 180 km/h por encima de la velocidad máxima de la autovía y por hacerlo sin el carnet en regla. Una condena por la que debe sentirse afortunado, ya que podría haber entrado en prisión durante un máximo de 24 meses tal y como contempla el artículo 384.1 por conducir sin el carnet en vigor.
Esta información, recogida por todas las agencias de noticias plantea no pocas dudas. La principal es la imposibilidad del vehículo para alcanzar la velocidad señalada, si no es en la planicie absoluta e interminable del desierto de Nevada; y la secundaria es si el conductor tiene “cataplines” suficientes como para aguantar el tipo a semejante ritmo. A esa velocidad el nivel de estrés cardiaco puede llegar a puntas de 220 pulsaciones, solo asumibles por deportistas con altísimo nivel de entrenamiento (Centro Ciencia Biomédica de la Universidad Queens).
Esto suena parecido a los 200 Km/h a los que el chofer de Dodi Al-Fayed y Diana de Gales entró en el túnel D´Alma, materialmente imposible con un coche de tres toneladas, por muy bebido que fuera Henri Paul. Pura literatura.