El proceso natural después que un vehículo sale de la imaginación de los diseñadores de las distintas marcas y se pasa de los bocetos a un prototipo real, estos recorren miles de kilómetros en condiciones extremas para corregir errores antes de entrar en producción y una posterior comercialización. De este modo, Laponia, donde en invierno existen grandes lagos helados se convierten en improvisadas pistas de pruebas, lo mismo que Alaska y toda Escandinavia en general. Lo mismo ocurre con el caso opuesto, donde tras el frio son trasladados a zonas con temperaturas inhumanas o con carreteras donde ponen a prueba las mecánicas más exigentes. En este punto entran en juego lugares como el Valle de la Muerte en Arizona o carreteras secundarias de Sudáfrica. Así como en circuitos en los que a los modelos se les someten a un alto desgaste de piezas, como el mítico trazado de Nürburgring-Nordschleife.
En todo este proceso de pruebas y recorridos de miles de kilómetros por carreteras abiertas, el camuflaje de estos vehículos es primordial para mantener la confidencialidad del nuevo modelo. Nada se deja al azar. Estamos hablando de una industria, la del automóvil, tremendamente dinámica y competitiva, por lo que saber cuales son los planes de futuro de la competencia esta a la orden del día. En este caso, las marcas se valen indirectamente de la prensa especializada del motor en su afán de captar exclusivas. Es cuando entran en juego los llamados "paparazzi del motor", fotógrafos especializados en captar este tipo de imágenes que venden a editoriales de todo el mundo por fuertes cantidades de dinero. Un entramado donde las revistas ganan prestigio y lectores...y las marcas saben a través de su publicación por donde va la competencia de una forma legal de espionaje industrial.
Al final, un negocio que todo se traduce en dinero y donde los perjudicados siempre son los fabricantes, ya que una imagen a destiempo puede causar grandes pérdidas económicas. Es sencillo, cada vez la vida de los modelo es más corta, por lo que desde el mismo momento que uno de ellos se comercializa, el fabricante ya esta trabajando en su evolución o sustitución y si este sale a la luz, puede provocar de una forma alarmante la bajada de ventas del que esta en vigor. Por este motivo, las marcas no solo tienen ingenieros, diseñadores... sino además verdaderos especialistas en camuflaje. E incluso los conductores para dichas pruebas pasan exhaustivas selecciones de confidencialidad. También hay reglas que conductores e ingenieros no se pueden saltar el plena prueba, como la de no poder parar nunca en lugares públicos y en caso de hacerlo, tapar el modelo automáticamente con una lona. Así como ir siempre acompañado por otro vehículo de servicio para en caso de cualquier incidente y un camión taller cerrado por si sufren alguna avería durante la fase de pruebas.
En cuanto al camuflaje ha ido evolucionando con el paso del tiempo y comienza a diseñarse cuando el nuevo modelo todavía es sólo una simulación en el ordenador o un modelo de arcilla. Es este momento es cuando el jefe de diseño e ingenieros, determinan cuales son las partes que deben mantenerse a salvo a las cámaras espías y miradas indiscretas. En algunos casos, para disimular una parte del vehículo se añade un apéndice que pronuncie su figura, a modo de alerón por ejemplo, cuando en realidad sus lineas son rectas y limpias. También se puede cubrir otras partes del modelo con láminas que se rellenan con una espuma especial modelable que permite cambiar el contorno de la carrocería. Y para cubrirlo, se utilizan adhesivos capaces de aguantar temperaturas que van desde -40 a +70 grados centígrados. Un adhesivo que además disimula el contorno de las ventanillas o de faros y pilotos.
Hasta ahora, en algunas marcas como Opel, utilizaban un decorado simulando el tablero de un ajedrez y ahora, este decorado ha sido sustituido por los llamados "Fishies", con figuras con forma de rombos alargados y con los lados redondeados, especialmente diseñado para confundir la lente de las cámaras que utilizan los "paparazzi del motor". Sin embargo, otras marcas ya comienzan a utilizar adhesivos denominados "Flimmies", con un nuevo tipo de estampado que crean un efecto parpadeante. Pero el engaño contra los espías puede llegar hasta tal punto, que muchos fabricantes utilizan en sus coches camuflados incluso emblemas, logos, llantas, parrillas delanteras y grupos ópticos característicos de otros modelos de la competencia.