El norirlandes Rory McIlroy partía en esta octogésima quinta edición del Masters de Augusta como uno de los grandes favoritos a la victoria, más por su palmarés anterior y por los resultados de su carrera que por su estado de forma actual.
Y es que el jugador europeo, uno de los mejores del mundo y ex número uno mundial, no atraviesa sus mejores momentos después de confesar que tras intentar buscar los resultados de pegada de Bryson DeChambeau su swing ha empeorado sus cifras y su ratio de efectividad.
Y hoy, tras la primera jornada de este Masters de Augusta que vuelve a los tradicionales meses de abril, el norirlandés ha dejado claro que sigue en modo off, muy apagado y sin apenas sensaciones.
Hoy su vuelta acabó con cuatro sobre par, los mismos golpes que Sergio García y con una vuelta que cerraba con cuatro bogeys y un solo birdie en los nueve primeros hoyos para acabar con +3 y dos más en los nueve segundos con otro birdie más para terminar con esos cuatro sobre par, muy lejos de la cabeza y con la cabeza precisamente fuera de sus mejores momentos como jugador.
Mañana le tocará remontar, intentar el milagro y como objetivo pasar el corte. Quien nos lo iba a decir de todo un ex número uno mundial como Rory.