Jorge Campillo es el hombre a batir en Omán. El extremeño afrontará mañana su mejor opción de subir al podio en el Commercial Bank Qatar Masters, convertirse en el tercer español que gana este torneo y, ya de paso, sacarse el agridulce sabor de quedar segundo en la pasada campaña.
Por lo pronto, Jorge ha dejado en el camino a sus compañeros de viaje. Salir en un coliderato múltiple siempre resulta incomodo de cara a una ronda final en la que el español debe ser el único protagonista del día. Más aún si acaba la semana sumando a su cuenta particular el que supondría su segundo título el European Tour.
Para llegar a esa oportunidad, Campillo ha saldado el sábado con 67 golpes en los que, después de una gran primera vuelta en la que restó cuatro golpes, en la segunda mitad le tocó trabajar. De hecho, los bogeys no le respetaron y dejaron sin efecto los dos birdies con los que completó los segundos nueve, por lo que sólo los birdies de la primera mitad le sirvieron para mantener un golpe de ventaja sobre el escocés David Drysdale y el noruego Jeff Winther. Una distancia demasiado corta como para olvidarse del retrovisor este domingo.