Todos quieren ganar en Minnesota. El regreso del PGA Tour a ese estado tras casi medio siglo de ausencia se ha convertido en una de las clasificaciones más apretadas que hemos podido ver esta temporada. Más aún cuando, tras la jornada del movimiento y lejos de despejarse, nos mepuja hacia una ronda dominical que será decisoria.
Lo único que está claro es que el 62 vuelve a ser el número clave en este torneo. Esta vez fue Matthiew Wolff quien sumó la cifra fetiche del 3M Open para añadir su nombre al trio de cabeza después de hilvanar hasta cinco birdies consecutivos entre los hoyos 5 y 9, además de restar otros cinco golpes a lo largo del día y cometer un bogey en el hoyo 17.
Una cifra que permitió a Bryson DeChambeau usar las rentas que le dejaba conseguirla el día anterior, para mantener el puesto después de completar el sábado con 70 golpes. También se sumó a la fiesta Collin Morikawa, aunque este necesitó dos golpes más para llegar al mismo sitio.
Más allá de la terna de líderes, hay que destacar la tercera jornada de dos jugadores. Por un lado, el papel de Adam Hadwin que, si bien lleva una semana en la que le estamos viendo jugar de más a menos, es el que mejor aguanta en su puesto en la tabla y afrontará el domingo a un golpe.
Por otro, el de Hideki Matsuyama. El favorito de los medios estadounidenses esta semana ha escalado posiciones y saldrá este domingo a dos golpes. Una distancia más que asequible para intentar alzarse con su sexta victoria en el circuito americano.