Europa ha conseguido una victoria capital recuperando la Copa que los estadounidenses ganaron hace dos años en suelo americano.
Pero hoy, París era Europa y era golf en la mejor edición de la historia de este torneo en una Ryder en la que el dominio europeo ha sido casi unánime a excepción de la primera jornada de Forballs que ganaron los americanos por un parcial de 3 a 1.
Luego llegó el momento europeo y desde los foursomes del viernes hasta el último golpe de Noren para ganar a DeChambeau, el golf ha vivido su fiesta europea en una ciudad de la luz que se ha volcado con los hombres de Thomas Bjorn y que le han llevado en volandas hasta la victoria.
Y tras ella una ceremonia de clausura que se ha celebrado en el hoyo 18, con el equipo americano presente, con palabras de cariño y reconocimiento de Jim Furyk y una fiesta tremenda del equipo europeo que como una pìña ha recibido la copa de la ministra de cultura y deportes francesa y que han acercado al cielo de París levantándola todos a una ante más de 50.000 enfervorizados espectadores.