Empezamos tras el verano con un Play Off de la Fedex Cup que no ha podido ser más emocionante. Por una vez vamos a dejar tranquilos al resto de los españoles, Sergio y Rafa Cabrera, que han conseguido sobradamente superar el septuagésimo puesto, con lo que en dos semanas los veremos en el siguiente Play Off de este final de temporada.
El que, una vez más, nos ha dejado con los ojos a cuadros es Jon Rahm. Los dos primeros días dominó con una autoridad que hacía creer que las siguientes jornadas, domingo y lunes en este caso, eran de puro trámite. Luego no fue así y el tercer día Jon hizo un setenta y uno que le sacó del primer puesto y, la verdad, el cuarto recorrido lo jugó bien pero sin ninguna posibilidad de ganar.
Esto, dicho así, parece un fallo del jugador vasco pero no deberíamos olvidar que hace un año era amateur, que es la primera vez que juega el TPC de Boston en competición y que con todo lo mencionado, sigue siendo quinto en la Fedex y en el “ranking” mundial. Una victoria en el Farmers, dos segundas, dos terceras y dos cuartas plazas y una victoria en Europa son suficiente carta de presentación de un jugadorazo que va a llegar al BMW, el siguiente Play Off, aspirando a todo. En fin, no hay que decir nada más de Jon, porque ya habla el solito con sus resultados y cada vez nos gusta más lo que dice.
También me parece destacable lo de los dos amiguitos de la infancia, Spieth y Thomas, que han ganado en ocho ocasiones, tres Spieth y cinco Thomas, incluyendo dos Grandes como son el Open y el PGA. ¿Qué puñetas mueve los hilos del golf profesional para que dos chavales tejanos, amigos y rivales desde que eran niños, acaben dominando de esta manera el panorama mundial?
El modo en que los americanos cogen de la mano a las futuras promesas de cualquier deporte, les conducen en su carrera estudiantil y les sueltan cuando se hacen profesionales parece que no tiene discusión ni rival. Incluso el que no es americano sino vasco, al que le sobra una hache en el apellido que le falta en el nombre, Jon Rahm, es producto de la Universidad de Arizona State, de donde también salió Mickelson, por ejemplo. En fin, disfrutemos de un golf competitivo que no puede serlo más, con cinco o seis posibles ganadores y una emoción asegurada cada semana.