De nuevo Jon Rahm salió indemne de una jornada complicada, el segundo día del Genesis Invitational. Comenzó con un eagle inicial, sería solo un espejismo y el español fue incapaz de enderezar el driver teniendo que jugar desde el rough de Riviera Country Club.
Hasta tres bogeys llegó a firmar en los primeros nueve hoyos, incapaz de controlar su golf. Antes, Tiger Woods había pasado un otro calvario, sobre todo en los greenes; "hoy no he pateado bien, ha sido el resultado más alto que podría haber hecho.
Podría haber hecho cinco o seis golpes menos fácilmente. Pero fallé putts pronto y a mitad de vuelta cuando tuve oportunidades”, la ronda de Woods no tuvo mucha más historia, cinco bogeys y un birdie al hoyo 17, una tarjeta de 74 (+3), que al menos le deja el consuelo de poder jugar el fin de semana.
Por suerte, Jon Rahm no bajó nunca los brazos y encontró el premio, la primera calle que cogió en todo el día llegó en el hoyo 9, la segunda, en el 12 y a la tercera, llegó el birdie. Despertó el de Barrika que haría otro birdie en el 14 y en el 16 y remataría una increíble racha, con un eagle (el segundo del día) en el 17.
En realidad el mérito fue de la estructura metálica que conforma la grada, que transformó un golpe mediocre en una oportunidad de eagle de metro y medio, que por supuesto Jon no dejaría pasar. Sin embargo, fallaría la calle del 18 lo que le llevó a firmar el último bogey y una tarjeta de 68 golpes (-3) con los últimos rayos de luz.
Un -9 global que le llevó a compartir la segunda plaza junto a Keith Mitchell y Lee Hodges, todos a un golpe del también norteamericano Max Homa, que pudo terrminar a la carrera con 68 golpes. Homa es el campeón defensor y uno de los jugadores más en forma del momento, junto a Rahm (segundo clasificado), Rory McIlrroy (séptimo) y Scottie Schefflerr (12º). Bonito fin de semana de golf que tenemos por delante.